Carreras de Santo Tomás Viña del Mar se unieron para crear conciencia sobre el autismo

“El autismo no es una enfermedad”. Cobijadas bajo esta frase, las Escuelas de Educación, Fonoaudiología, Terapia Ocupacional y la carrera de Técnico en Educación Especial de Santo Tomás Viña del Mar, llevaron a cabo la “Semana de concienciación en espectro del autismo”, en la que se organizaron diversas actividades, desde conferencias, presentaciones musicales y entrega de material informativo para estudiantes y colaboradores de la Institución.

Las jornadas comenzaron con la exposición de Marcela Villegas, responsable del área de Formación del Colectivo Autismo Chile y directora de la Corporación Altavida de Viña del Mar. “Nacer con autismo no es una tragedia, la tragedia es nacer con autismo en Chile”, dice de entrada en una postura que parece muy radical, pero que ella califica de “optimista”.

“Hemos desarrollado una visión optimista y natural de esta condición. No hablamos desde una perspectiva psicopatológica, sino que entendiendo que el autismo es una condición evolutiva diversa, una forma distinta de funcionar. Los miedos que existen en la sociedad es porque siempre se ha mirado desde la patología, viendo a un ser humano que tiene una condición que lo hacer ser distinto e incluso peligroso. Por ignorancia se le relaciona con falta de afecto, agresividad, impulsividad, pero hay harto de mito en eso”, señala.

Otro punto que irrita a la representante de Autismo Chile es la falta de políticas públicas: “En Chile ni siquiera está reconocida la condición, acá no existen los autistas”, acusa. “Por eso cuando a un niño le detectan autismo, a la familia se le viene el mundo encima. Si el sistema desplegara apoyo, a los papás les bajaría harto el estrés”.

Los mitos del autismo

José Perich, fundador del Colectivo Autismo Chile y profesional de apoyo de la Corporación Altavida, tuvo como misión “desenmascarar” algunos mitos respecto a esta condición. “El primero tiene que ver con las capacidades de estos niños. Es cierto que algunos son muy inteligentes, pero he visto autores que insinúan que hay hasta poderes extrasensoriales, que los chicos con autismo pueden captar ondas energéticas que otras personas no. Otro mito es pensar que todas las personas con autismo van a ser genios, y siempre se usa a Einstein como ejemplo, pero no hay pruebas que digan que él tenía autismo”, señala.

Sin embargo, señala que los mitos más peligrosos tienen que ver con las supuestas curas para el autismo: “Por ejemplo, como está de moda pensar que las vacunas causan autismo, hay papás que están recurriendo a la quelación, que es un tratamiento por el cual se limpia la sangre de metales pesados, pero es un procedimiento súper peligroso que ha generado la muerte de dos personas con autismo”.

“Hay otras teorías que dicen que el autismo es causado por unos parásitos, que nunca nadie los ha visto. El autismo tampoco está causado por alergias alimentarias. Pero el mito más peligroso es el uso de MMS (Miracle Mineral Solution), que supuestamente aparte de curar el autismo, cura la malaria, el cáncer y el sida, pero que no es más que el mismo cloro que se usa para limpiar piscinas. Todo tiene que ver con la falta de información, la gente inventa porque toma lo que conoce y no hay control sobre la información. Si no hay detección temprana del autismo, es porque los padres pueden pasar años deambulando y ahí se encuentran con cualquier chanta que les dice cualquier barbaridad y ellos la creen”.

Equipo transdisciplinario

Ligado a este último punto, Jorge Valdés, director de la Escuela de Fonoaudiología de Universidad Santo Tomás Viña del Mar, recalcó la importancia del trabajo transdisciplinario para poder llegar a un diagnóstico certero del autismo y no confundirlo con otras condiciones.

“Se necesita un equipo porque son muy variados los aspectos del desarrollo que se ven afectados o alterados en los niños con este trastorno. Se afectan aspectos de la comunicación, aspectos motores, de aprendizaje, cognitivos, entonces son muchas áreas que un profesional solo no logra cubrir. Para poder hacer un diagnóstico acucioso, hay que hablar con un equipo para que entre todos vayan evaluando los aspectos que le competen a cada profesión”, explica.

Además, reconoce que actualmente la sociedad está exigiendo más información, ante lo cual los profesionales del área deben estar preparados. “Los papás buscan respuestas porque es súper complejo para una familia tener un ideal de hijo y que de repente se te derrumbe esa imagen. Entonces es lógico que quieras saber qué pasa y buscas ese diagnóstico, piensas en autismo porque es lo más conocido, y porque confirmarlo te genera una calma en el sentido de pensar ‘ahora que sé lo que tiene mi hijo, hagamos algo’. La incertidumbre es muy compleja”.

En ese mismo sentido, Jorge Valdés defiende la existencia de “listados de alerta” que abundan en redes sociales, sobre conductas que podrían insinuar la presencia de autismo. “Hay que tomarlas en cuenta para ver si debo consultar a un especialista. Si mi hijo aletea todo el día, debo ver qué produce ese aleteo, o sea, hay que ver las causas y esas alertas son para eso, para que el papá busque respuestas en un especialista, por último para descartar. Estas alertas apuntan a la prevención”.

En la “Semana de concienciación en espectro del autismo” también expusieron Nelson Nilo, docente de la escuela de Terapia Ocupacional, y representantes de la Escuela Especial Juanita Aguirre de Viña del Mar.

Esta iniciativa se cerró con una actividad de difusión en las sedes de Uno Norte y Limonares, donde alumnos y profesores de las carreras involucradas repartieron folletos informativos a estudiantes y colaboradores de Santo Tomás. Las imágenes de esta iniciativa se pueden revisar en este enlace.