Charlas y testimonios de profesionales y ex alumnos fueron la tónica de la actividad que reunió a cerca de cien alumnos, académicos y egresados de forma virtual.

La carrera de Enfermería de la Universidad Santo Tomás Talca realizó el martes 18 de noviembre un encuentro a través de la plataforma Microsoft Teams, con el objetivo de conmemorar el Día Internacional de la profesión.

En la actividad estuvo presente el Rector Osmán Garrido, el Director Académico de la UST, Víctor Cancino, la directora de carrera, María Cristina Levet, además de docentes, estudiantes e invitados especiales.

El saludo de bienvenida lo hizo el rector Garrido, quien desde la comuna de Constitución, destacó la labor que desempeñan enfermeras y enfermeros a diario y especialmente el rol que les ha correspondido en tiempos de pandemia.

“Queremos agradecer la entrega profesional que cada uno de ustedes ha realizado durante tanto tiempo y sobre todo en este período de pandemia donde nuestras docentes han ido al hospital a ayudar en la vacunación, a nuestros estudiantes que han colaborado en todos los ámbitos. La enfermería y los profesionales de la salud han sido fundamentales para el manejo y a contención de esta pandemia”, comentó.

También hizo uso de la palabra el director académico, Víctor Cancino, recordando el origen de la celebración de este día que coincide con la fecha de nacimiento de Florence Nightingale, la creadora del primer modelo conceptual de enfermería y fundadora de la primera escuela de enfermería en Londres.

“A través del tiempo la enfermería si bien no ha cambiado en su concepción original, ha tenido un desarrollo sustantivo en lo técnico y todo lo relacionado con la humanización de la atención sanitaria. Actualmente tiene un rol preponderante en la gestión del cuidado de pacientes y familiares, demostrando una entrega y compromiso permanente con dedicación y contención de quien requiera el apoyo”, indicó.

Por su parte la directora de carrera, Cristina Levet, dijo que el legado de Florence Nightingale sigue vigente hasta la actualidad, por lo que de manera constante se renueva el compromiso y esfuerzo de todos y todas quienes ejercen esta profesión.

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) designó el año 2020 como el año de la enfermera, recordando los 200 años del natalicio de la madre de la enfermería. El objetivo fue revelar la importancia global de enfermeros y enfermeras en el liderazgo, cumplimento de metas locales, regionales y mundiales en la erradicación de las epidemias del SIDA, Tuberculosis, Malaria y las enfermedades tropicales desatendidas. En todo el mundo diferentes organizaciones estaban preparadas para reconocer y celebrar las contribuciones de las enfermeras y enfermeros, sin embargo, ello quedó pendiente con la llegada de la pandemia. Esto ha puesto a los profesionales de la enfermería en primera línea, siendo reconocidos a nivel mundial”, puntualizó.

La primera exposición denominada “Cuidados humanizados de enfermería en pacientes críticos”,  estuvo a cargo del enfermero y ex alumno de la Universidad Santo Tomás, Leandro González, quien además es Magíster en Gestión de Sistemas de Salud de la Universidad de Talca, Diplomado en Dirección y Coordinación de los Servicios de Enfermería de la Universidad Católica de Chile, tiene un curso de Bioestadistics in Public Helath de la Universidad Jhon Hopkins y es presidente de la Asociación de Enfermeras y Enfermeros del Hospital Regional de Talca donde se desempeña en la unidad de paciente crítico, irguiéndose como #OrgulloTomasino .

González explicó que lo primero a lo que se enfrentan en una Unidad de Paciente Crítico es la imagen de un paciente, que para algunos es terrorífica, que está multi invadido, instrumentalizado de forma completa y siempre con apoyo orgánico importante.

“Ahí es cuando tenemos nuestro primer acercamiento pensando en la persona, lo que tenemos es a un ser humano que está hospitalizado y por lo tanto él  es el centro de la atención. El plan de cuidados que elabora enfermería debe estar en relación a la persona y su dignidad como tal. Es habitual que primero nos fijemos en las máquinas y dejemos al final al paciente cuando debiera ser lo primero e incluso debemos verlo de manera integral, biopsicosocial”, relató.

Otro de los aspectos abordados por el enfermero, tuvo que ver con la obligación que tienen como profesionales, de entregar una atención sin discriminaciones de ningún tipo, ya que según dijo, “los cuidados deben ser equitativos según la gravedad que tenga el paciente”.

Durante la celebración se hizo un especial reconocimiento a la docente María Patricia Ugarte Baltra, quien después de 40 años decidió poner término a su vida profesional para iniciar otros desafíos y un merecido descanso.

Finalmente expuso ante los presentes la Doctora Sahily López Rabosa, anestesista, graduada en Ciencias Médicas en el instituto Superior de Ciencias Médicas de Camagüey, y graduada de especialista en Anestesiología y Reanimación en el mismo establecimiento, además  es Máster en Urgencias y Emergencias Médicas.  De nacionalidad cubana, reside en chile desde el año 2016. Actualmente se desempeña como médico anestesista en pabellón del Hospital Regional de Talca.

Bajo el nombre de “Vivencia de cuidados humanizados”, la Doctora López relató lo que tuvo que vivir en carne propia tras ser diagnosticada con cáncer de mamas, cómo fue el proceso de quimioterapias y radiación y cuál fue el rol de enfermeros y enfermeras en este camino hacia la recuperación.

“Un pequeño grupo de médicos cubanos vinimos a Chile y a Talca con mucha ilusión de ser un aporte, validamos nuestros títulos el año 2015 y finalizamos el 2016 en la Universidad de Concepción y en agosto del 2017 es cuando aparecen las nubes en mi camino. Ahí me detecto un cáncer de mamas. El mundo se me vino abajo, porque un médico no está preparado para la otra cara de la moneda que es ser el paciente, sentí mucho miedo al estar en un país desconocido y en un hospital donde no conocía a nadie”, compartió.

Sahily López fue sometida a una cirugía en el Hospital de la PUC y decidió dejar un registro fotográfico de todo este proceso. Tras la cirugía comenzó la quimioterapia.

“Ahí aparecieron los ángeles que me ayudaron en todo esto, sin esta acción de enfermería me hubiera sido muy difícil. Manuel era mi enfermero, él me hizo entender y me ayudó a transitar por este camino. Yo viví del otro lado de la moneda, fui paciente y aprendí que toda esa alegría que me entregaron los enfermeros y enfermeras hay que transmitirla a nuestros pacientes. Estaré siempre muy agradecida de todos ellos”, concluyó.