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Raúl Navarrete: “Los pequeños productores agrícolas han sido los más maltratados con el sistema económico”
El empresario y promotor del Comercio Justo habló en Santo Tomás Talca de las virtudes y aportes que esta práctica tiene, instando a los alumnos a desarrollar una especial sensibilidad social acorde con los valores que promueve la institución.
En el marco de la celebración del Día de la Carreras del Área Administración del Instituto Profesional y Centro de Formación Técnica Santo Tomás Talca, el día martes 26 de junio se realizó la charla “Comercio Justo Aporte a la Sustentabilidad Humana y Mediombiental” a cargo del Presidente de la Coordinadora Nacional de Comercio Justo de Chile, Raúl Navarrete.
Navarrete es Ingeniero Agrícola de la Universidad de Chile, posee estudios de Derecho en la misma universidad y estudios de postgrado en las Universidades de Chile y Católica. Ha sido por 21 años Gerente General de la empresa Vinos Lautaro, ejecutivo y asesor empresarial en organizaciones agrícolas y silvoagropecuarias, y posee amplios contactos nacionales y extranjeros en el ámbito del Comercio Justo.
¿Cómo se puede definir el Comercio Justo?
“La principal actividad económica está constituida por el comercio de bienes y servicios en el mundo y la forma como esta se desarrolla genera riqueza y/o pobreza a la vez en la medida que alguna vez no haya suficiente compensación entre los distintos participantes de los procesos productivos y de comercio. Siempre habrá una relación no virtuosa entre el productor pequeño y el demandador poderoso, y eso tiene formas de ser corregido. Eso es lo que hace el comercio justo, ya que parte por reconocer que la actividad económica de todos los recursos que participan el más importante es el Recurso Humano. Eso supone que todas las personas que participan de estos procesos productivos deben tener una justa compensación económica medida con criterios éticos. Por ejemplo, si producir un kilo de uva para producir vino tiene un costo de 200 pesos, nadie podría percibir al venderlo menos de dicho valor porque ahí hay trabajo incorporado y la utilización de una serie de insumos. El comercio justo garantiza que eso se va a pagar siempre y no menos que eso. A esto se suma que debe haber sustentabilidad no solo desde el punto de visto económico sino también medioambiental y que no puede haber discriminación de ninguna naturaleza en los procesos productivos. El ser humano como tal hay que aceptarlo siempre en igualdad de condiciones”.
¿Cuáles son las principales características del Comercio Justo?
“Precio justo por los bienes que se transan, segundo premios complementarios al precio que están orientados a mejorar las condiciones sociales de quienes participan, no discriminación social ni política ni religiosa ni de género, los jóvenes y los niños no pueden trabajar. Eso es lo fundamental. En nuestro país el Comercio Justo se ha desarrollado fundamentalmente en términos de oferta de productos, pero no en términos de demanda y buscamos que se genere una demanda interna”.
¿Quiénes se pueden beneficiar de esta práctica?
“En este caso nosotros como Coordinadora Nacional de Comercio Justo representamos a pequeños productores agrícolas, ellos deben ser los beneficiados ya que son los que han sido más maltratados con el sistema económico”.
¿Qué rol juegan los organismos públicos en esto?
“Todavía no logramos persuadir a todas las instancias del servicio público para que esto opere, aunque hemos obtenido valiosos apoyos de Corfo, Indap y Pro Chile en estos de promover la organización, subvencionar las prospecciones en mercado internacionales para las organizaciones de pequeños productores y el apoyo técnico y de créditos. Pero todavía falta que muchas otras organizaciones se plieguen a esta iniciativa y solo en el ámbito público.
¿Cuál es la tendencia en Latinoamérica sobre la práctica del Comercio Justo?
“La tendencia es bastante más fuerte que en Chile. En Perú, Ecuador o Brasil, el movimiento de comercio justo es muy fuerte porque los rubros que ellos manejan como el café, el caco y el banano, dieron origen al movimiento mundial del comercio justo y en consecuencia tienen un historial mucho más prolongado que nosotros. Además hay muchas más organizaciones asociativas en dichos países. Podría decir que el grueso de las organizaciones asociativas en estos países es del tipo cooperativas y eso en Chile no es un movimiento poderoso ni mucho menos. Lo fue en algún momento, pero hoy no lo es y estamos haciendo el esfuerzo por recuperarlo”.
¿Quiénes pueden incorporarse a este sistema?
“Primero pequeños productores que tengan deseos de organizarse y los vamos a ayudar para eso. También les vamos a transmitir el conocimiento necesario para que de esa organización nazcan movimientos empresariales, también los asesoramos para buscar los mercados donde colocar sus productos bajo estos parámetros”.
¿Cuál es la importancia que futuros profesionales de Santo Tomás conozcan los alcances del Comercio Justo?
“Mi preocupación es si las universidades están entregando valores que ubiquen a ese joven profesional en un contexto más amplio que tenga que ver con una mirada solidaria hacia la sociedad. Quienes detentamos la condición de ser profesional estamos llamados a ser líderes en los tiempos que vienen cada uno en su área, y necesitamos que los líderes de nuestro país y la sociedad tengan sensibilidad para entender que no somos solos, es decir que tenemos que complementarnos con otros en las cosas que hacemos. Por eso necesitamos que los estudiantes tengan la sensibilidad para entender que hay otros que no tienen las mismas oportunidades y con los cuales hay que ser solidarios para que no se generen estas tremendas diferencias en ingresos, en capacidades donde unos son muy ricos, quizás demasiado, y otros muy pobres, quizás demasiado también”.