Jornada estuvo a cargo de Azucena Sanhueza, de la Comisión Chilena de Energía Nuclear.

 

En la Universidad Santo Tomás Santiago se llevó a cabo la Conferencia “¿Qué se hace con los residuos nucleares y materiales radioactivos en Chile?”, a cargo de Azucena Sanhueza, Jefa de la Sección Gestión de Desechos Radiactivos de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CChEN).

En la actividad organizada por la Escuela de Medicina Veterinaria y el Consejo de Sociedad Civil de CChEN, la experta señaló que en Chile existen dos reactores de investigación y producción de radioisótopos, los cuales están ubicados en La Reina y Lo Aguirre, y que el país no posee reactores nucleares de potencia. Además, explicó que se producen 20 metros cúbicos de materiales y desechos radiactivos al año aproximadamente, cifra inferior en consideración a otras naciones.

Asimismo, sostuvo que “actualmente se encuentra en tramitación una propuesta para la edificación de un depósito de materiales y desechos radiactivos, que debiera cubrir las necesidades  hasta finales de  este siglo, pero que aún se encuentra en tramitación gubernamental”.

Según Sanhueza, en el país se producen radioisótopos que son aplicados en la industria, la minería y sobretodo  en el área salud, fundamentalmente para la elaboración de exámenes  médicos, que utilizan yodo radioactivo, como  exámenes hormonales, y especialmente en la pesquisa y el tratamiento de los diversos tipos de cáncer.

Agregó que este material tiene, generalmente, una corta vida, lo cual quiere decir que la mayoría de estos compuestos  se eliminan después de unas horas a través de la orina, principalmente. Sin embargo, explicó, otros desechos radiactivos y equipos que emiten radiaciones ionizantes alfa, beta y gamma, que pueden encontrarse  en desuso, deben ser cuidadosamente retirados,  segregados, compactados, acondicionados y almacenados en un lugar seguro hasta que decaen completamente.

Por otra parte, recalcó que la CChEN ofrece servicios de gestión de desechos radiactivos para generadores de instalaciones radiactivas y nucleares de todo el país, tales como clínicas, hospitales, universidades y centros de investigación.

Igualmente, dicha institución se encarga de almacenar y resguardar,  bajo estrictas condiciones de blindado y vigilancia, estos materiales, por cuanto constituyen una amenaza,  incluso de bioterrorismo. Muchos de estos productos, afirmó, son retirados finalmente por Estados Unidos, el cual que se hace cargo definitivamente, por cuanto se encuentra autorizado por la Organización de Energía Atómica (OIE).