“Las condiciones y características de su trabajo tienen un impacto muy fuerte sobre los profesores”

La psicóloga Ana María Arón ofreció la conferencia “Autocuidado docente” en una nueva charla organizada por Universidad Santo Tomás y el Grupo Educar en la sede Viña del Mar.

“Ser profesor es una profesión de alto riesgo”. La frase de Ana María Arón encierra una realidad muchas veces ignorada, pero a partir de la cual ella construyó la conferencia “Autocuidado docente” que ofreció en Viña del Mar como parte del ciclo de charlas que organiza Universidad Santo Tomás y el Grupo Educar. ¿Y por qué la docencia es una profesión de alto riesgo? Básicamente porque se trabaja con temas difíciles y en ambientes difíciles, según señaló la psicóloga, académica universitaria y directora ejecutiva del Centro de Estudios y Promoción del Buen Trato, frente a una audiencia conformada por docentes provenientes de distintas ciudades de la V Región.

“Por eso mismo nos empezamos a enfermar y acá aparece el concepto de desgaste profesional, que es una enfermedad que surge como consecuencia de las condiciones y características de nuestro trabajo, que tienen un impacto muy fuerte sobre los profesores”, explicó, añadiendo que una primera medida para fomentar el autocuidado es “reflexionar sobre esto, ponerle nombre a las cosas para poder verlas”.

En ese sentido, Ana María Arón presenta otros dos conceptos: climas nutritivos y climas tóxicos, “que pueden sacar lo mejor o lo peor de nosotros. Siendo la misma persona, podemos comportarnos de manera muy distinta dependiendo si estamos en un contexto u otro”.

Respecto a las características de estos contextos, indicó que en los climas nutritivos dominan la percepción de justicia, el reconocimiento explícito de logros, la valoración positiva, la tolerancia a los errores, la sensación de ser alguien valioso, el sentido de pertenencia, el sentirse respetado en individualidad y en sus diferencias, entre otros puntos. Por el contrario, en los climas tóxicos sobresalen la percepción de injusticia, la ausencia de reconocimiento, la descalificación, la crítica, la sobrefocalización en los errores y una sensación de ser invisible, de no pertenencia y de marginalidad.

Desgaste profesional y autocuidado

Reiterando que los profesores generalmente trabajan bajo climas hostiles, la experta en la materia señaló que existen técnicas para “desconectarse” y disminuir los niveles de estrés. Y es aquí donde reaparece el concepto de autocuidado, aunque advirtiendo que “la solución no está solo en la persona, también hay que buscarla en el contexto laboral”.

“Debemos reconocer como fuentes del desgaste profesional la contaminación temática (trabajar con temas complejos, como la violencia), las condiciones laborales (burocracia), las crisis (personales e institucionales) y nuestra propia formación, que nos entrega herramientas diferentes para enfrentar estos problemas”, dijo.

Como consejos de autocuidado, Ana María Arón propone llevar un registro de los malestares, pues son consecuencia de una “tensión mantenida” que muchas veces ignoramos; disponer de áreas libres de contaminación donde se puedan desarrollar actividades que no tengan nada que ver con el trabajo; y no contaminar las redes sociales conversando sobre los problemas laborales con los amigos y la familia “Hacer eso es abusivo”, advirtió.

En cuanto a las actividades de autocuidado en grupos de trabajo, sugiere facilitar la existencia de “espacios de descompresión” donde los profesores puedan expresarse y compartir sus problemas con los pares: “no es quejarse, es desahogarse, es una instancia de vaciamiento”.

“Si uno está bien, trata mejor a los demás. El profesor construye contextos, es un rol muy importante, entonces se debe entender que tendrás estudiantes más creativos si construyes climas nutritivos. En un clima tóxico, los niños no dan lo mejor de sí”, concluyó.