Cecilia Jara, asesora del Programa de Salud de la Infancia en la Seremi de Salud V Región, expuso en una actividad organizada por la Escuela de Enfermería de Universidad Santo Tomás Viña del Mar.

Chile Crece Contigo. Tres palabras que muchas personas asocian inmediatamente a la entrega de un ajuar para los recién nacidos en el sistema público de nuestro país. Y que no pocos también asocian a la venta informal de esos mismos implementos en ferias libres o en redes sociales. Sin embargo, el Sistema de Protección Integral a la Infancia es mucho más y así quiso dejarlo en claro Cecilia Jara Cortés, asesora del Programa de Salud de la Infancia en la Seremi de Salud V Región. La profesional tuvo la oportunidad de exponer sobre este tema en una charla organizada por la Escuela de Enfermería de Universidad Santo Tomás Viña del Mar.

“La gente debe entender que Chile Crece Contigo es más que la entrega de un ajuar, sino que es un sistema”, señala de entrada, reconociendo también que mucha gente aún no comprende que el mencionado ajuar no es un regalo como cualquier otro. “Sí, todavía falta por avanzar en ese aspecto. En el uso del ajuar aún no se asimila bien que su entrega tiene que ver con conceptos de estimulación temprana. Por desconocimiento, las familias no utilizan todos los implementos que se han incorporado, pero cada uno de ellos tiene un objetivo para favorecer un área del desarrollo infantil”, explica.

Otro tema que la profesional quiso destacar en su presentación fue el de desarrollo multidimensional e integral. “No basta con que los niños tengan un peso y talla acordes a su edad o que les hayan puesto todas sus vacunas. Hoy lo que importa es el desarrollo físico, motor, cognitivo y socioemocional. Esa es la manera en que debemos entender la salud infantil”, indica.

“Afortunadamente, la gente se está dando cuenta de esta nueva mirada, aunque el cambio ha sido paulatino. Tiene mucho que ver con la manera en que los equipos de salud entregan los contenidos a las familias”, continúa.

Primeros mil días de vida

En esa línea, Cecilia Jara Cortés manifiesta que “los primeros mil días de vida de un niño son críticos y pueden determinar su desarrollo futuro. Por eso, la calidad de vida, los estilos de vida de sus familias, y sobre todo la estimulación temprana, son muy importantes”.

La asesora de la Seremi de Salud V Región acota que incluso en esos primeros tres años de vida se pueden generar diferencias incontrarrestables en la vida adulta: “la diferencia en el cerebro es significativa entre quienes disfrutan de un entorno de apego, seguridad y protección, frente a otros niños sometidos a estrés constante. Si bien el cerebro tiene plasticidad neuronal y la capacidad de reorganizarse si se elimina un factor de riesgo con estimulación temprana, también tiene la sensibilidad para desarrollar estructuras y funciones adversas que no permitan su óptimo desarrollo”.

La comunidad debe informarse más sobre la importancia de la estimulación temprana y los cuidados en los primeros mil días de vida. Es desafío de todos los profesionales, equipos de salud y comunidad en general, transmitir estas nociones de neurodesarrollo y el concepto de desarrollo infantil temprano, para que la familia y los cuidadores, comprendan cuál es su rol”.