¿En qué fijarse al arrendar un juego inflable para niños?

Este año en Australia un niño de tres años murió producto de sufrir lesiones al brincar en un juego inflable, y en el norte de nuestro país se reportó una explosión de uno de estos juegos dejando a 25 niños lesionados, entre ellos uno en riesgo vital. Ante estos hechos cabe preguntarse, ¿son recomendables los juegos inflables? ¿A qué riesgo se exponen los niños al jugar en estas entretenciones?

Según el jefe de carrera de Prevención de Riesgos del IP-CFT Santo Tomás San Joaquín, Omar Jerez, entre los posibles accidentes producidos por estos juegos, se encuentran incidentes por sistema eléctrico defectuoso, recalentamiento de motor, explosión del inflable si el motor excede la potencia, quemaduras en la piel si la estructura está caliente, lesiones por contacto entre los niños y caídas fuera del inflable.

Ojo con los enchufes y el motor

Para el especialista, este tipo de juegos son una buena alternativa de entretención, pero si está pensando en comprar o arrendar uno, es clave tener antes en consideración algunos aspectos. Lo primero, según Jerez, son los enchufes. “Los enchufes de los motores tienen que tener conexión a tierra. Además, si el juego es con agua hay que comprobar que tenga un interruptor diferencial de corriente”, advierte el especialista.

Por otro lado, el motor no debe exceder ni ser más pequeño que lo necesario, “ya que si tiene menos de la potencia adecuada el niño al saltar va a hacerlo sobre una superficie muy blanda y puede golpearse sobre el suelo, a su vez, si este excede la potencia, el inflable queda muy duro y puede reventarse”, recomienda Jerez.

Además, si la zona en la que se ubicará es de altura o de ventoleras, este tiene que tener anclajes y cuerdas que permiten fijarlo al piso, porque, según el especialista, puede ocurrir que el viento levante el inflable con niños adentro. Y como forma de resguardo de caídas, es importante que el juego tenga una protección para que los menores al saltar no caigan fuera de la estructura. “Hay algunos juegos tipo toboganes o de pasillos resbaladizos, que necesitan agua jabonosa para funcionar, estos deben llevar agua con jabón hipo alergénico para no causar alergias en los niños”, agregó.

Equilibrio entre estatura y peso de los niños

Una vez instalado el inflable en un lugar nivelado, hay que estar atentos a que no queden cables por debajo de la estructura, ni en la entrada del juego, y que por lo menos, tenga un metro libre al perímetro.

“Otro aspecto importante a considerar es que los niños que utilicen esta entretención sean de la misma talla sin existir mucha variación entre estatura y peso, se suban descalzos y sin accesorios”, indica el prevencionista de riesgos.

La labor del operador es clave. Este debe conocer el juego a la perfección y saber actuar frente a casos de emergencia. Es su responsabilidad estar atento a los menores mientras estén arriba y supervisar que en los juegos de circuito, los niños sigan correctamente la ruta y no se devuelvan. “En especial en los juegos de saltos, hay que estar pendiente de que el motor esté en la posición correcta, que el movimiento del inflable no lo desequilibre”, aconseja Jerez.

¿Cómo proceder en caso de emergencia?

• Si se corta la energía, evacuar rápidamente el juego.
• En caso de que llegue agua al juego por algún motivo (lluvia o agua procedente de algún derrame) suspender inmediatamente el suministro de energía y evacuar de inmediato el juego.
• En caso de golpes en la cabeza, lo primero es llamar a servicios médicos de emergencia. Según la Biblioteca Nacional de Medicina, si la persona presenta fuerte dolor de cabeza, vómitos, dificultades para mover brazos o piernas, pierda el conocimiento, o se comporte de manera somnolienta, se debe dar aviso inmediatamente a urgencias.