Exitoso encuentro reunió a orientadores de la Región del Biobío y académicos de Santo Tomás Concepción

Con el propósito de reforzar lazos y establecer importantes encuentros con los orientadores de los distintos establecimientos educacionales de la Región del Biobío, la Dirección de Admisión de Santo Tomás Concepción organizó la mañana de este martes un encuentro académico en el Salón Pedro del Río.

La actividad contó con la presencia de los Directores Académicos del IP-CFT y UST, Juan Eduardo Matamala y Ricardo Neira Celery; la Directora del Centro de Aprendizaje, Jacqueline Salgado y alrededor de setenta orientadores de la zona.

En la cita, la Dirección de Admisión de Santo Tomás Concepción, entregó detalles sobre el apoyo académico que se brinda sobre las carreras de estudio, sistema de financiamiento, asesoría vocacional y las actividades que se realizan tradicionalmente en la sede y que van dirigidos especialmente a aquellos escolares que están en la espera de ingresar a la educación superior.

Además de esto se extendió una cordial invitación a participar en diversos eventos que se efectuarán próximamente en la institución, como la realización del ensayo nacional PSU de carácter presencial que se llevará a cabo el 28 de abril.

La actividad concluyó con la presentación de Jacqueline Salgado, Directora del Centro de Aprendizaje de la sede, quien dictó una charla sobre la noción de la justicia social en la educación y el desafío de abordar la diversidad en el aula junto a la educadora diferencial, Nataly Meza Vargas.

Sobre justicia social

Los principales conceptos que se abordaron en esta charla fueron los de justicia social en educación, diversidad, inclusión, inclusión educativa, culturas inclusivas y migración; temas que hoy en día forman parte de la realidad educativa chilena.

Respecto a la intervención de la profesora en Historia y Geografía y Directora de Centro de Aprendizaje Santo Tomás Concepción, Jacqueline Salgado, esta nueva realidad social y cultural se ha convertido en eje central para desarrollar nuevas maneras de relacionarse, tener mayor tolerancia y respeto a la diferencia. Razón por la cual destaca “la inclusión social en el aula solo puede darse bajo una perspectiva de justicia social, solamente podemos hablar de una real inclusión cuando consideramos la historia o evolución en nuestra realidad”.
En este sentido, señaló que el aula es el único espacio donde coexisten los desafíos y donde se mezclan las prácticas tradicionales de los docentes con las prácticas innovadoras de algunos pocos, principalmente porque el contexto actual así lo exige.

“El desafío fundamental de la educación latinoamericana está entonces en cómo educar para construir justicia social, pues el papel que debiera jugar la educación en la reducción de las desigualdades es una urgencia impostergable”.

De esta manera, explicó que uno de los grandes desafíos actuales en materia de justicia social en educación es la identidad de género, la migración y su impacto en el sistema educativo. Desafíos en el que planteó para los educadores presentes, distintas interrogantes a modo de reflexión ¿Revitalizará el sistema educativo este nuevo escenario migratorio? ¿Tendrá que actualizarse el curriculum? ¿Se redefinirán los parámetros de calidad en Educación?

También, recalcó que esta realidad no vendría a ser el único desafío para el país, ya que según la OCDE, Chile es el país con mayor desigualdad en la región y presenta una de las más bajas incidencias en políticas públicas alusivas a la reducción de desigualdad. Por tanto, expresó la necesidad que hay de implementar cambios para generar un modelo de desarrollo equitativo en el país en el que todos sean responsables de construir la justicia social.

Diversidad en el aula

Frente a este panorama, Nataly Meza Vargas, Educadora Diferencial de la Universidad de Concepción, manifestó que desde las instancias educativas se empieza a construir la cultura inclusiva sin necesidad de que los establecimientos asuman este término como un apellido.

“En la escuela es donde nosotros vemos la mayor diversidad, vivimos en un contexto donde todos nos parecemos un poco. Cuando entramos en contacto directo con alguien que es distinto a mí aprendo a ser inclusivo”, expresó.

De ahí plantea que, la migración no vendría a ser algo nuevo en el país sino más bien una oportunidad que desafía la pedagogía del docente que lo impulsa a mejorar, enriquecerse y sacar a la luz las debilidades del sistema educativo actual. Desde las necesidades educativas especiales, hizo mención que cuando el docente entra en contacto con alguien que desafía su estabilidad, es posible aprender de tolerancia, a aplaudir la diversidad y a potenciar las fortalezas del equipo docente.

“Independientemente de las barreras nosotros tenemos que aceptar la diversidad, las barreras las podemos encontrar en todos lados incluyéndonos a nosotros mismos porque un profesor resistente al cambio es una barrera”.

Desde esta perspectiva, explicó que la educación inclusiva debe ser intencionada, “si de niños aprendemos a valorar y aceptar la diversidad ya no tendríamos que hablar de inclusión sino de convivencia y a eso a es a lo que tenemos que apuntar como sociedad”, finalizó.

Finalmente, hizo un llamado a hacer un cambio de paradigma en la cultura inclusiva a fin de valorar la diversidad como una riqueza para apoyar el aprendizaje de todas las personas, disponer de un proyecto educativo que abarque todas las culturas, políticas y prácticas en atención a la diversidad y a comprometerse en construir propuestas que se ajusten al contenido y a las competencias de los estudiantes.