En una charla dictada por el analista previsional Alfredo Valenzuela, los técnicos en trabajo social y asistentes sociales de Santo Tomás Rancagua pudieron resolver sus dudas sobre los fondos de pensiones.

Haciendo una pausa entre las asesorías que entrega a diputados y senadores ad portas de una nueva reforma previsional – y a sus apariciones en televisión – el analista Alfredo Valenzuela fue parte del encuentro de egresados del Área Ciencias Sociales de Santo Tomás Rancagua.

En la oportunidad abrió un espacio de conversación con los asistentes, donde abordó los mitos y realidades del sistema de AFP: “A mí me fascina el trabajo social, el tema previsional tiene que ir de la mano con lo que ustedes realizan, porque nos damos cuenta de que la gente en Chile no conoce nuestro sistema previsional. No es tan malo como lo pintan, lo que pasa es que existe mucho desconocimiento”, señaló el experto.

Uno de los mitos que rodean al sistema de pensiones es que el dinero de la jubilación es de las AFP, no de las personas. Según explicó Valenzuela, con el retiro del 10% se demostró que esto no es así: “La labor de las AFP es sólo administrar estos fondos, para que a la larga tengan una muy buena rentabilidad. Han rentado un 70% de nuestros fondos, una muy buena inversión. Lamentablemente, las pensiones son tan malas por las reformas que se han hecho al sistema.  Hasta el año 2000 era perfecto, porque hasta ese año no asumíamos las pérdidas”.

Otro problema del sistema, según Valenzuela, es la falta de regulación en las tasas para calcular las pensiones en Chile: “La mujer vive en promedio hasta los 76 años, pero el sistema calcula su pensión hasta los 92 años. Los hombres viven hasta los 70 años, mientras que el promedio de vida para las pensiones se calcula en 110 años”.

Alfredo Valenzuela reiteró a los técnicos en trabajo social y asistentes sociales la importancia de estar informados y de leer y fomentar la lectura del decreto ley 3.500 que establece un sistema de pensiones de vejez, de invalidez y sobrevivencia derivado de la capitalización individual obligatoria en una administradora de fondos de pensiones (AFP).