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Nuevos profesionales se titularon en Universidad Santo TomásFrancisco Inostroza, director de la Escuela de Ingeniería Comercial
El consumismo de fin de año como parte del círculo vicioso
Son muy pocas las personas que planifican racionalmente sus gastos para las fiestas de Navidad.
En época navideña es usual el llamado de autoridades y especialistas a evitar el gasto excesivo y el sobreendeudamiento, pero la realidad indica que estos consejos generalmente no son tomados en cuenta. El consumismo, el arribismo y otras características de nuestra sociedad provocan que el chileno compre sin medida y acumule deudas que lo acompañarán por largo tiempo. Francisco Inostroza, director de la Escuela de Ingeniería Comercial de Santo Tomás Viña del Mar, analiza este escenario y entrega una última recomendación para, al menos, no terminar pagando varias veces más el costo de los créditos asumidos.
“El espíritu consumista de fin de año llena el espacio en los medios de comunicación y son muy pocas las personas que se sientan y hacen un análisis de lo que ganan y lo comparan con su presupuesto para gastos. El marketing provoca un fuerte impacto y la gente se ve influenciada por las promociones y ofertas, cayendo fácilmente en el consumismo”, señala el académico.
Consumismo de fin de año parte de un círculo vicioso
Inostroza indica que este comportamiento “es parte de un círculo vicioso”, pues las deudas contraídas a fin de año acompañarán a las personas durante gran parte del 2016, periodo en el cual es muy probable que sumen nuevas deudas en un proceso de nunca acabar.
“El gasto en general es cortoplacista. En Navidad, Año Nuevo y Fiestas Patrias uno analiza más cómo lo va a pasar que cuánto va a gastar, por eso digo que somos poco racionales en términos de consumo. Después llega marzo y ahí nos damos cuenta que estamos un poco comprometidos, que tenemos cuotas de 12, 24 o hasta 36 meses pagando las fiestas anteriores, y se nos suman los gastos de educación, impuestos, etcétera. Ahí recién empezamos a pensar cómo vamos a pagar”, explica.
El director de la Escuela de Ingeniería Comercial de Santo Tomás Viña del Mar aporta un dato observado en los últimos años: el prematuro inicio de la temporada navideña en el comercio.
“A mediados de noviembre aparecen las ofertas y eso responde a un análisis del retail respecto al bajo consumo. Lo que hacen las grandes empresas es adelantar la temporada para dar más tiempo a que la gente finalmente caiga en el consumo. Nos pasa a todos, son muy pocos los que se pueden abstener, la mayoría cae porque te están bombardeando por todos lados con promociones y ambiente navideño”, dice.
Además de la presión de las grandes tiendas, Inostroza comenta que hay características de la cultura latinoamericana y nacional que influyen en el consumismo: “Hay que considerar que los latinoamericanos somos ‘aclanados’ e involucramos a más personas en nuestros gastos. Además, la imagen juega un rol muy fuerte en Chile, somos muy consumistas por la imagen que tratamos de proyectar. Nuestra clase media más baja a veces no tiene qué comer, pero tiene un televisor de 52 pulgadas. Se focalizan los gastos en la apariencia”.
Consumismo en familia Chilena
“Hay estudios que señalan que del total de ingresos de una familia chilena, el 75 u 80 por ciento se utiliza en pagar cuentas, cuando lo recomendable es que esa cifra no sea más del 35 por ciento. El chileno es una persona que traspasa el dinero desde su empleador a sus acreedores de consumo”, añade.
Esta característica no provoca un alza de precios de los bienes que ofrece el mercado, pero sí castiga al consumidor a través de las tasas de interés, “donde vemos valores mayores a los que uno naturalmente esperaría. Si pagas al contado encuentras precios razonables, pero el comercio se enfoca mucho en el dinero plástico. La receta es utilizar una sola tarjeta de crédito o débito y, si se puede, comprar a tres meses precio contado. Si se pasa de ese periodo, la tasa de interés empieza a perjudicar fuertemente y, al igual que cuando se pide un avance en efectivo, se termina pagando tres o cuatro veces el valor inicial”.