Patricio Cofré: 

“Chile tiene una condición única, muy afortunada, para ser un actor relevante en inteligencia artificial”

El ingeniero y cofundador de Metric Arts (hoy parte de EY), expuso sobre la IA como paradigma, su aplicación global en el área de la salud y lo que está ocurriendo en Chile frente a la pandemia del Coronavirus.

El mundo entero y la humanidad completa se encuentran en un momento crítico a causa del Covid-19 y por ello, toda ayuda adicional para superarlo, es bienvenida. Un actor que puede tener un rol clave en este sentido es la Inteligencia Artificial (IA) y ese fue el tema central de la conferencia presentada por el ingeniero civil industrial Patricio Cofré: «Inteligencia artificial para el cuidado de la salud y la resiliencia», organizada por la Escuela de Ingeniería Civil Industrial de la Universidad Santo Tomás.

Cofré desglosó los tipos de análisis de la ciencia de datos, los cuales responden al qué ocurrió, por qué ocurrió y -posteriormente- se anticipan al qué ocurrirá hacia adelante. Pero existe una cuarta etapa, compuesta por un grupo de problemas más complejos que tratan de responder la pregunta ‘con esto, ¿qué debo hacer?’; o cuál es la alternativa que maximiza u optimiza el resultado. “Aquí es donde la IA cobra un rol especial”, adelantó.

“La inteligencia artificial tiene que ver con cómo dotar a una máquina para que pueda emular alguna de las capacidades cognitivas aprendidas que tenemos como humanos. Está acá para ser una ayuda; para hacernos más precisos, más agudos en las cosas que ya sabemos hacer muy bien”, explicó. De paso, calificó la red neuronal multicapa del aprendizaje profundo como lo más novedoso dentro de la IA dentro de los últimos cuatro años, principalmente, porque por primera vez se generó la “paridad humana” donde la máquina superó a la capacidad humana en el reconocimiento visual de objetos, reduciendo el error a alrededor de un 3%. Algo que en los años siguientes se repitió en más ámbitos (reconocimiento de audio y transcripción de textos, de comprensión de lectura y de síntesis de discursos).

Avances en salud

En el área de la salud, por su parte, la red neuronal convolucional es la que ha acaparado la mayor cantidad de aplicaciones. Por ejemplo, a partir de la imagen del rostro de un paciente puede determinar alguna condición genética, inmunológica o algún componente de salud mental. Así, en septiembre de 2019 por primera vez se sostuvo que la IA había igualado a humanos expertos en diagnósticos médicos y, ya en febrero pasado, se ejecutó la prueba con dataset abierto y la comunidad científica validó este resultado como un gran apoyo de la IA al humano.

“Si somos capaces de dominar la interpolación y la clasificación, luego, si yo tengo muchos electroencefalogramas o radiografías con la condición final del paciente, eventualmente podría asociar decenas de miles de radiografías de cáncer y sanas y hacer un clasificador (que permita diagnosticar)”, explicó Cofré, al tiempo que aclaró que “aún no está ni cerca de poder ser un reemplazo, pero el trabajo en conjunto es valioso”.

“Hoy la resistencia bacteriana y la mutación de los virus están avanzando más rápido que nuestra capacidad de probar y aprobar drogas”, admitió, sin embargo, dijo que la IA está dando pasos muy avanzados en descubrir antibióticos que sean capaces de curar alguna bacteria o virus intratables.

El panorama en Chile

Nuestro país tiene buenas perspectivas en este campo, según la apreciación de Patricio Cofré. “Chile tiene una condición única, muy afortunada para ser un actor relevante y no solo un espectador de todo lo que pueda pasar en big data, analítica e inteligencia artificial”, acuñó. Aquí se está desarrollando un enfoque digital con distintos mecanismos y tecnologías frente a la pandemia, para apoyar el proceso de reactivación y desconfinamiento a través de diagnóstico, control y contención, planteó el ingeniero civil industrial.

En este sentido, se está trabajando para que la IA pueda ayudar al autocuidado mediante una app de diagnóstico para conocer nuestro estado cada mañana y a tener telemedicina que permita comunicarnos a través de asistentes virtuales para una atención primaria. A esto se suma la capacidad para hacer análisis térmicos y detectar el uso de elementos de protección en los accesos de oficinas y comercios, como también un rastreo de contacto para mantener el distanciamiento social y también controlar todas las personas con las que se ha interactuado en caso de haber testeado positivo para algún fenómeno infeccioso. “Esta tecnología puede ser la diferencia entre la salud y la enfermedad”, sentenció.