Este domingo 4 de septiembre se festejará por segunda vez esta fecha en nuestro país, como una forma de reconocer el peso histórico del vino y su influencia durante cinco siglos.

Somos un gran exportador de vino a nivel mundial y según el ranking elaborado por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), en 2013, nos consolidamos como el cuarto mayor exportador, sólo superados por Francia, Italia y España. Entonces, ¿cómo no celebrar?

Este domingo 4 de septiembre celebramos por segundo año el Día del Vino chileno, ya que sus cualidades crecen día a día, e incluso su consumo de forma moderada tiene excelentes características para nuestro organismo. Para Alejandra Rojas, docente de Técnico en Gastronomía Internacional y Tradicional Chilena del CFT Santo Tomás Santiago Centro, beber una copa de vino al día contribuye a bajar los riesgos cardiovasculares y nos protege de accidentes cerebrovasculares, además de aumentar el nivel de colesterol bueno (HDL).

“Gracias a los flavonoides y polifenoles del vino, encontramos cualidades antioxidantes, antinflamatorias y antibacterianas. Por otro lado, reduce la tensión arterial y el nivel de insulina en la sangre, y se convierte en un buen relajante después de un largo día, o un mejor complemento a la hora de almuerzo o cena”, señaló la experta.

Además de conocer cuál es la medida justa en la que se debe consumir el vino para disfrutar de todos sus beneficios, es bueno estar informados sobre qué tipo de alimentos son los que resaltan mejor su sabor. Para eso, la docente del CFT Santo Tomás Santiago Centro elaboró una pequeña guía:

  • Cabernet Sauvignon: para los que se interesaron en todas sus bondades, este vino es excelente para carnes rojas y de caza, con su sabor único a frutos rojos, madera, y a veces cuero o chocolate.
  • Merlot: es más frutoso y fresco, para muchos suave entre los tintos, por lo que queda bien con las pastas y los quesos.
  • Syrah: con sus frutas maduras, y en algunos, con notas de madera, es recomendado para un cordero, carnes rojas y de caza.
  • Carménère: nuestra cepa escondida, frutoso, a veces pimentado, queda bien con la comida chilena o con una buena empanada.
  • Chardonnay: los expertos japoneses eligieron este vino chileno como el mejor para acompañar el sushi.
  • Sauvignon: su frescura, que nos recuerda manzanas verdes, primaveras y pastos, es ideal para un aperitivo, pescados no grasos, mariscos o una comida ligera.

Con todo lo anterior, ¿cómo no dejar la bebida al comer para celebrar a nuestro vino chileno?