Vuelta a clases sin estrés: Académica de Psicología de la UST Talca entrega consejos para un regreso exitoso

Según la docente investigadora Natalia Zañartu Canihuante, implementar cambios graduales en la rutina diaria, horarios y planificación favorecería el proceso de reintegración a la cotidianidad de niñas, niños y adolescentes

Llega marzo y los padres con hijos en edad escolar deben enfrentar la vuelta a la cotidianidad, tras la pausa de verano. De hecho, este retorno a clases se traduce en una crisis normativa en la que se interrumpe un período de bienestar -como lo son las vacaciones-, por lo que usualmente se genera resistencia al cambio según precisó Natalia Zañartu Canihuante, quien es académica de la carrera de Psicología de la Universidad Santo Tomás (UST) Talca.

Para aminorar el estrés que supone la reorganización en cuanto a horarios, planificación y rutinas, la académica sostuvo que «la idea es anticiparse un poco al cambio de las rutinas y aquí la palabra más importante es que sea gradual. Comúnmente, los padres quieren el día antes de entrar a colegio que los chiquillos se acuesten temprano, tengan todo ordenado, vayan al colegio contentos y esto generalmente no sucede así», afirmó.

«Habitualmente a los adultos nos cuesta más que los niños adaptarnos a los cambios y esto involucra que los chiquillos y chiquillas vayan de a poquito acostándose más temprano, es decir, primer día media hora más temprano, segundo día una hora más temprano y así. Además se debe sacar las pantallas con una hora de anticipación, de a poco, sin una sanción punitiva, en un principio porque esto lógicamente va a predisponer el humor de los chicos y chicas para no ingresar contentos al colegio», explicó Zañartu.

En el caso de los adolescentes, la académica sugiere establecer canales de comunicación abierta y diálogo constante, con énfasis en la escucha activa al inicio y al final del día. Aunado a eso, aconsejó «armar la mochila el día anterior, porque esto va a aumentar la percepción de autoeficacia en nuestros niños, niñas y adolescentes, lo que hará que se sientan más competentes a la hora de volver a clases. Todas estas sugerencias hay que adaptarlas a la realidad de cada familia», precisó.

AMBIENTES DE BIENESTAR

Asimismo, la psicóloga estableció que es fundamental considerar el entorno escolar en el proceso de regreso a clases. La docente investigadora indicó que en Chile, los estudiantes se mantienen escolarizados alrededor de 14 años como mínimo, lo que se extiende con la educación superior. Esto implica que la formación escolar impacta directamente en su desarrollo humano, desde la infancia hasta la adultez emergente. Por ello, es crucial que las instituciones educativas se conviertan en espacios de bienestar, según explicó.

«Necesitamos espacios que generen bienestar en chicos y chicas que están escolarizados. Para esto hay que realizar pausas activas y entender la cultura de descanso, no es posible que una persona sostenga la concentración más de tres horas seguidas. Tenemos que hacer pausas activas, permitir que los más pequeños se muevan, ser flexibles con las salidas al baño, incorporar evaluaciones formativas, encontrar lugares físicos dentro de los espacios educativos donde puedan tener momentos gratos», finalizó.