Se propone mantener una rutina, procurar momentos de ocio y evitar las emociones negativas.

Producto de las precauciones que se deben tomar respecto a evitar la propagación del COVID-19, muchos chilenos se encuentran trabajando o estudiando desde sus hogares. Esta situación, para algunos, puede ser un enorme desafío, sobre todo para aquellas personas que tienen algún tipo de sintomatología ansiosa o depresiva. Ante esto, las psicólogas y académicas de Universidad Santo Tomás sede Puerto Montt, Evelin Pichinao e Inés Rose, sugieren seguir las siguientes recomendaciones.

En cuanto al trabajo y/o estudio, las profesionales señalan que es importante quitarse el pijama, bañarse y arreglarse ya que esta rutina hará que nuestra mente se active para trabajar y también puede reafirmar nuestra autoestima. También sugieren procurar un espacio ordenado y cómodo, ojalá libre de distracciones molestas, para poder enfocarnos y agilizar la actividad laboral. Es importante también planificar el día, fijar horario de inicio y horario de término, procurando que se cumpla, y mantener hábitos y rutinas como realizar pausas, tomar café, horarios de comida, etc., de lo contrario, el nivel de productividad irá bajando.

En cuanto a los momentos de ocio, Pichinao y Rose, destacan la importancia de tener actividades propias y otras compartidas, “dentro de las propias, lo que a ti te gusta y hace sentir bien, ya sea hacer ejercicio (hay rutinas que requieren poco espacio y programas en línea que te van guiando) leer, tejer, arreglar cosas, jardinear, etc. Evita las pantallas si ya has tenido bastante de eso en el teletrabajo. Con otras personas de la casa, especialmente con los hijos, generen rutinas de cocina, manualidades, juegos que estimulen el lenguaje, el razonamiento matemático, la cultura general, historia y geografía, etc. Aprovechen las pausas para conversar”.

Finalmente, las psicólogas UST, recalcan la importancia en el control de las emociones ya que, si se opta por reprimirlas, especialmente las negativas (miedo, pena, rabia), éstas terminarán explotando, hiriendo a nosotros mismos y a otros. “Comuniquemos en una conversación cotidiana nuestras frustraciones, temores y dificultades del día, así como las alegrías, logros y gratificaciones. Escuchemos y acojamos las emociones de los otros. No forcemos “llenar el día”, dejemos espacio para el aburrimiento y para valorar lo que teníamos, hasta poder volver a disfrutar más a fondo la vida sin cuarentena” señalaron.