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Jefa de carrera de Enfermería de UST Viña del Mar participa en Asamblea Mundial por la Salud de los PueblosObelisco: La nueva molécula que se encuentra en humanos y que abre un amplio campo de investigación
El nuevo agente biológico descubierto por científicos de la Universidad de Stanford se ha identificado colonizando bacterias presentes en bocas e intestinos humanos. Según Miguel Castro Retamal, académico de Ciencias Básicas de la UST, la partícula significa un gran avance para la ciencia ya que “nos muestra que existen estructuras y relaciones biológicas aun inexploradas en los sistemas vivos”.
La nueva molécula biológica descubierta recientemente en el cuerpo humano es un agente biológico colonizador de bacterias que están presentes en bocas e intestinos. Su descubrimiento se dio a conocer a partir de una investigación publicada en la revista Nature, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Stanford. En específico, dicha partícula bautizada como Obelisco, es una molécula de ácido desoxirribonucleico (RNA) circular de aproximadamente 1kb, que presenta una estructura particular de la cual deriva su nombre.
Según Miguel Castro Retamal, académico de Ciencias Básicas de la Universidad Santo Tomás, lo relevante de este descubrimiento es que las partículas Obelisco “no muestran similitud con otros agentes biológicos conocidos, lo que sugiere podrían constituir un grupo filogenético distinto. Otro dato interesante es que no están directamente presentes en las células del organismo humano, si no que de acuerdo al estudio realizado se localizan dentro de bacterias del microbioma intestinal”.
De acuerdo a los análisis de la investigación, la nueva molécula estaría presente, aproximadamente, en el 7% de las muestras de heces y 50% de las muestras orales. Esto, debido a que Obelisco se encuentra solo en las bacterias de intestinos y la boca, aun cuando el cuerpo humano posee un alto número de bacterias en otras estructuras, como lo es la piel.
“Las moléculas podrían otorgar alguna ventaja adaptativa a las células donde se encuentran, por ejemplo, en la resistencia a patógenos, a cambios en su entorno o en el metabolismo de nutrientes. Aún no está claro si esto podría tener alguna consecuencia en la salud humana o relacionarse con enfermedades específicas asociadas al tracto digestivo. En este sentido, es un terreno muy llamativo para el desarrollo de nuevas investigaciones”, explica Miguel Castro Retamal.
El avance de la ciencia: Un mundo de oportunidades
La razón por la cual esta molécula pasó desapercibida durante tanto tiempo, es debido a los avances tecnológicos ocurridos en las últimas décadas que han permitido ampliar el actual conocimiento sobre la diversidad microbiana.
“Tradicionalmente, la estrategia para la identificación de organismos y estructuras basadas en secuencia genética dependía principalmente de la similitud que puedan tener con otras secuencias conocidas existentes en las bases de datos. Dado que las partículas Obelisco presentan muy baja similitud a nivel de secuencia y estructura con otros agentes conocidos, prácticamente fueron invisibles. Solo cuando se utilizaron técnicas bioinformáticas más específicas orientadas a la identificación de elementos compuestos por ARN fueron detectadas”, agrega el académico de la UST.
Por lo tanto, este tipo de descubrimiento se presenta como un impulso para futuras investigaciones científicas, ya que su presencia genera nuevas preguntas sobre posibles funciones y relaciones con la salud del ser humano. “Investigar las funciones de sus proteínas y determinar cuáles son los mecanismos moleculares que les permiten replicarse y mantenerse estables en el tiempo sería un interesante campo de investigación. También, la interacción que las partículas pudieran tener con su huésped, dado que estos lo constituyen bacterias presentes en el sistema digestivo humano podrían tener algún rol indirecto sobre la salud”, comenta.
Otra de las posibilidades está en determinar si las estructuras pueden encontrar en el suelo o las plantas, lo que ampliaría el campo de investigación aun más. Para Miguel Castro Retamal, esto “indudablemente constituye un avance, nos muestra que existen estructuras y relaciones biológicas aun inexploradas en los sistemas vivos. Sus implicancias aún están lejos de dimensionarse, esto dependerá de los resultados de las investigaciones que se realicen”.