La altura como tratamiento de enfermedades crónicas

En medio de la moda de los últimos años de aventurarse a montañas y cerros por personas sin experiencia ni el equipamiento adecuado, el académico de la Escuela de Nutrición y Dietética UST Talca y amante de la disciplina, Jorge Hernán Torres, decidió embarcarse junto a un colega en el desafío de investigar la composición corporal de aquellas personas que de manera de continua se desenvuelven por sobre los mil, dos mil  e incluso más metros de altura.

Con ello no solo sería posible recomendar la nutrición adecuada para que estas personas se mantuvieran saludables, sino que también sería en punta pie inicial para difundir recomendaciones precisas para quienes sin los conocimientos adecuados deciden subir una montaña.

Dos viajes al Aconcagua, la montaña más alta de América con seis mil 960 metros, les permitieron alcanzar su objetivo, sin embargo en este proceso descubrieron que alejarse del nivel del mar y hacer ejercicio en estas condiciones podía ser un eficiente remedio para enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.

¿En qué consisten las investigaciones que ha realizado en la alta montaña?

“Queríamos saber cómo es un sujeto ideal para hacer montaña. Esa fue la idea inicial. El primer objetivo fue el año 2013 cuando nos propusimos caracterizar la composición corporal de cómo debería ser una persona para subir el Aconcagua, pero estando allá nos dimos cuenta que la gente que va a subir esta montaña no son montañistas sino turistas y hay unas personas que trabajan ahí que son los porteadores y los guías que son extraordinarios para subir montañas. Entonces nos enfocamos en ellos para caracterizar su composición corporal”.

¿Qué descubrieron en este giro de su idea inicial?

“Guías y porteadores (quienes cargan el peso entre 20 y 40 kilos) son hombres y mujeres y nos dimos cuenta que habían diferencias significativas entre los dos más allá de las obvias. Los porteadores realizan el mismo trabajo que las porteadoras, las mismas rutas y el mismo peso, se demoran lo mismo, pero la gran diferencia es que la mujer tiene mucho menos masa muscular que el hombre. Ahí nos dimos cuenta que era interesante saber por qué la mujer funciona mejor físicamente en la altura. Al hacer pruebas fisiológicas determinamos que las mujeres se desaturan menos, su recuperación cardíaca es mucho más rápida que los hombres en la altura y ahora el desafío es saber por qué ocurre esto”.

La altura es el remedio

¿Qué es la hipoxia hipobárica?

“La hipoxia es la falta de oxígeno y la hipobaria es una condición de menor presión atmosférica. Cuando vas a una montaña lo correcto es decir voy a someterme a un sistema de hipoxia no porque haya menos oxígeno en las montañas sino porque hay menor presión de oxígeno”.

¿Qué tipo de enfermedades son las que se pueden tratar con esta técnica que descubrieron?

“Uno de mis colegas con quien trabajo es el Doctor en Metabolismo Humano, Erick Díaz, y él ha elaborado unas terapias de ejercicios en altura que son muy cortas y de alta intensidad con las cuales ha curado pacientes diabéticos, o que eran hipertensos o que tenían el colesterol alto, que son las llamadas enfermedades crónicas. Eso ocurre porque tú sometes a un sujeto que está enfermo a un estrés metabólico que se genera por el ejercicio, entonces cuando lo haces gastas todo el glucógeno muscular y eso provoca una reacción metabólica dentro de la célula muscular la cual se recupera si ese esfuerzo es sostenido y constante. Básicamente ellos realizan una terapia de ejercicios que dura 10 minutos por día 3 veces a la semana y la gente se recupera. Cuando estuvimos en el Aconcagua nos dimos cuenta que por el solo hecho de permanecer en la altura a más de mil 600 metros, el cuerpo comienza a estar estresado. En esas condiciones la musculatura requiere más glucosa y por ende usa mejor la glucosa y la glicemia baja.

¿Cuál es el efecto de esta técnica en el tratamiento de enfermedades?

“Principalmente produce una disminución de la masa grasa y la diabetes ocurre porque la grasa se infiltra en medio de la musculatura y dentro de las células musculares y eso provoca que el músculo no funcione bien. Entonces si tú sometes a un sujeto a ejercicios o estar en una determinada altura, va a provocar el mismo efecto de disminución de grasa y una mejoría de la musculatura. Hacer ejercicio al nivel del mar también funciona, pero el mismo ejercicio en altura funciona mucho más rápido”.

¿De qué forma se aplica esta técnica?

“Para generar aquí al nivel del mar una condición hipobárica se requiere una cámara hipobárica que son carísimas. Creo que en Chile solo hay una y su valor ronda los 2.5 millones de dólares. Si esas condiciones las pudiéramos simular acá a través de una de estas cámaras sería mucho más rápida la mejoría de las personas que sufren de diabetes. Hay que tener en cuenta que tampoco se trata de cualquier tipo de altura para hacer ejercicios, ya que la presión atmosférica debe ser la adecuada y con monitoreo permanente”.

¿Es necesario complementar esta técnica con el tratamiento tradicional de estas enfermedades?

“Hay algunos trabajos en los cuales se ha sometido a comparación hacer ejercicio con alimentación para diabéticos y ha resultado más rápida la recuperación así. En otros trabajos se ha comparado los mismos ejercicios y tomar metformina, y funciona mucho mejor realizar ejercicios por sí solos porque el medicamento evita que el sujeto oxide su propia grasa y el problema ocurrió por la grasa”.

¿Cuál es la importancia que tiene como académico ser parte del evento TEDx de UST Los Ángeles?

“Me llamó la atención porque decían que había que presentar propuestas novedosas y como esta línea de trabajo que hemos desarrollado casi no existe en Chile y hemos obtenido buenos resultados, pensé que sería una buena plataforma para mostrar lo que hemos hecho y lo que hemos descubierto. Ahora a futuro lo ideal sería conseguir financiamiento para realizar nuevas expediciones”.