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Docentes de Santo Tomás Ovalle culminaron cursos de perfeccionamientoInvestigadores UST Santiago desarrollan Biocontrolador que reemplazaría plaguicidas tóxicos de la agricultura
Académicos de Ciencias Básicas, Agronomía y Biotecnología se adjudicaron Concurso I+D Fondef CONICYT con su proyecto “Desarrollo de un Biocontrolador bacteriano para el manejo de Phytophthora cinnamomi en nogal (Juglans regia)”.
“Un producto biológico, basado en bacterias, que permitirá disminuir el uso de plaguicidas tóxicos de la agroindustria actual”. Así describe el Dr. Miguel Castro, docente investigador del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad Santo Tomás Santiago, el proyecto que lidera, junto a un equipo de académicos de la casa de estudios, que acaba de adjudicarse el Concurso IDeA I+D, FONDEF de CONICYT.
El trabajo titulado “Desarrollo de un Biocontrolador bacteriano para el manejo de Phytophthora cinnamomi en nogal (Juglans regia)”, lo vienen desarrollando junto a Javier Núñez, Docente de la Escuela de Agronomía y director alterno de la iniciativa; la Dra. Claudia Reinoso, Docente del Departamento Ciencias Básicas; el Dr. Luis Cottet, Director de la Escuela de Biotecnología; y Bárbara Oliva, Biotecnóloga egresada de la UST Santiago.
La clave del éxito: trabajo en equipo multidisciplinario. “Ha sido un proceso largo, lento. Pero, lo fundamental para lograr esto ha sido el trabajo en equipo. Estamos más maduros como grupo”, afirma el Dr. Castro.
Similar postura tiene el Dr. Cottet, señalando que “la visión de las diversas disciplinas para abordar la problemática ha sido fundamental para llevar adelante el proyecto. La interacción entre Agronomía, Ciencias Básicas y Biotecnología ha sido parte del éxito. Son distintas miradas que enriquecen el trabajo en equipo”.
Asimismo, Miguel Castro destaca que el grupo de profesionales de la Oficina de Transferencia Tecnológica (OTL) de la casa de estudios también fue un factor importante, ya que “nos han apoyado mucho. Nos entregaron orientaciones claves, en áreas que resultan algo ajenas a nuestro quehacer habitual”.
Del laboratorio al terreno
Fundamental para lograr adjudicarse los fondos de I+D Fondef CONICYT, también ha sido la asociación con instituciones externas, como es el caso de Chilenut, Centro de Evaluación Rosario y Biogram (Bioinsumos), lo que permitirá llevar a terreno los avances de su investigación.
“El objetivo de esto es llegar a una prueba de concepto en terreno. Tenemos ensayos in vitro, entonces el proyecto pretende llegar desde el in vitro al terreno, y poder evaluar en esas condiciones el control que ejercen nuestros microorganismos frente a Phytophthora cinnamomi, patógeno que afecta a nogales (nueces) y causa importantes pérdidas económicas a la industria”, detalla Miguel Castro.
Ahí es donde Javier Núñez, Profesor de la Escuela de Agronomía, juega un rol muy importante, puesto que sus conocimientos en terreno son vitales a la hora de implementar este biocontrolador.
“Este producto podría reemplazar en el largo plazo a los plaguicidas comunes de la actualidad. Los mejores plaguicidas ya están teniendo restricciones ambientales o problemas de residuos en Europa. Están destinados a desaparecer”, recalca.
Postura similar tiene Luis Cottet, quien afirma que “las moléculas que se usan hoy en día son muy tóxicas. Con esto, baja la toxicidad de un campo considerablemente. A este nivel, lo importante es la toxicidad. Dado que las bacterias utilizadas como principio activo del biocontrolador son inocuas, el tiempo de carencia que va a tener este producto para que el operario entre al campo es cero, comparado con los químicos que tienen algunos días o semanas para poder volver a entrar al campo”.
Más económico, cero químicos
El director de Biotecnología asevera que “con este biocontrolador, el producto final, el fruto o producto agrícola que se consume, no tiene trazas de químicos. En mercados europeos están pidiendo productos con cero o muy baja aplicación de químicos”.
Lo anterior es compartido por el Profesor Castro, quien señala que “es un producto inocuo para el ser humano, para el medio ambiente, para la planta, que además no es patógeno para insectos benéficos, como por ejemplo las abejas”.
Asimismo, los investigadores destacan también los beneficios económicos de este biocontrolador, ya que, según el Profesor Núñez, “el mercado de los biopesticidas va en aumento. Crece en un 17% al año, mientras que los convencionales crecen en un 1 ó 2%”. Miguel Castro agrega que “los requerimientos para el desarrollo de un controlador biológico, en térmicos de costos, son mucho más económicos que el químico”.
Puertas abiertas a estudiantes
Finalmente, para que el círculo de este proyecto de investigación quede completo es clave la integración de la comunidad estudiantil. Por ello, la Dra. Claudia Reinoso es clara en manifestar que todo alumno, de cualquier carrera, está invitado a participar. El único requisito: estar interesado en formar parte de este y otros trabajos que llevan a adelante.
“La idea es seguir buscando problemáticas de interés. Queremos seguir estudiando, probar nuestra colección de bacterias nativas contra otros patógenos para saber si los controlan eficientemente. En ese contexto, hay estudiantes de distintas carreras interesados en participar en nuestro proyecto de investigación. Están invitados a sumarse a nuestro equipo”, sentencia la académica de Ciencias Básicas de la UST Santiago.
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