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Neuropsicólogo entregó consejos para cuidar el cerebro y prevenir el deterioro cognitivoDiabetes tipo 1: ¿Qué pasa cuando el páncreas no produce insulina?
La diabetes está ubicada en el puesto 6 del Ranking de las principales causas de muertes a nivel mundial
Hoy a pesar de que es una de las principales causas de muertes del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que se deben crear programas potentes para fomentar modos de vida más saludables.
Los datos a nivel mundial nos distan mucho de lo que ocurre hoy en Chile, donde las enfermedades relacionadas a la obesidad siguen siendo una de las primeras causas de mortalidad en el país. Para ser exactos, son aproximadamente 1.807.226 de chilenos los que sufren de diabetes, lo que representa un total de 12,3%, según los resultados de la última Encuesta de Salud Nacional (ENS) 2016-2017.
Datos que coinciden con el último informe del Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2017, desarrollado por la ONU, el cual ubica a Chile como el país con más sobrepeso en Latinoamérica y con mayor índice de obesidad infantil.
Aunque recientes investigaciones sobre la diabetes han arrojado no solo dos sino cinco tipos de esta patologías en el planeta, el número de casos con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 no desaceleran. En el caso de la primera, existen varios factores importantes en las que vale la pena ahondar, para ello Macarena Barriga, académica de la carrera de Enfermería de la Universidad Santo Tomás explica que actualmente quienes padecen esta enfermedad requieren de una intervención transdisciplinar.
Acerca de la Diabetes tipo 1
La enfermera afirma que la diabetes 1 se desarrolla cuando una “reacción inmune”, destruye las células beta del páncreas. Con esta patología, el páncreas cesa completamente la producción de insulina, por lo que las personas con esta condición deben suministrarla externamente a través de inyecciones o dispositivos como la Bomba de Insulina.
Si bien la causa principal se desconoce, existen factores ambientales y genéticos que pueden intervenir en su desarrollo. Con frecuencia se diagnostica en niños, adolescentes o jóvenes adultos con síntomas silenciosos, entre ellos la sed excesiva, orina frecuente, polifagia o hambre excesiva y pérdida de peso, señales que según la profesional no tienen estrecha relación con el estilo de vida o la alimentación que mantenga el individuo.
¿Por qué la diabetes 1 no puede pasar desapercibida?
“Esta patología no tiene que ver por cómo la persona haya llevado su vida, ni por obesidad ni por mala alimentación, tiene que ver con un gen que se activa y genera esta condición. A diferencia de la diabetes tipo 2 que principalmente se da por sedentarismo, edad, mala alimentación o genética”, comenta.
Debido a que las personas con diabetes tipo 1 no producen insulina, la glucosa no puede entrar en las células, por lo tanto, los niveles de glucosa permanecen en el torrente sanguíneo generando altos niveles de glucosa en sangre. “Recordemos que la insulina es la llave que abre las puertas de las células, para que éstas utilicen la glucosa como fuente de combustible y les permitan realizar las actividades diarias”.
Sobre esto, aclara que las señales aunque parezcan ser muy comunes, es importante estar alerta ante cualquier cambio de comportamiento. Por ejemplo, los niños que no tenían la tendencia de orinarse en la noche pueden presentar nuevamente una necesidad excesiva sin darse cuenta.
¿Cómo tratarla?
En primer lugar, se requiere educar al paciente y a sus familiares sobre el tema, asistir a centros de apoyo o fundaciones donde puedan recibir orientación, la Fundación Diabetes Juvenil de Chile es una institución sin fines de lucro que colabora en la educación de las personas que requieren tratamiento. “Es súper duro para los papás al inicio, por eso el pertenecer a ONG’s donde se encuentren casos con niños que tengan la misma condición ayuda mucho a poder enfrentar mejor esta situación», sostiene.
De esta manera, asegura la académica que el niño o adolescente que es diagnosticado puede recibir educación a través de un equipo multidisciplinario donde esté presente un nutricionista, psicólogo, profesor de educación física y el médico.
“Este sería un equipo ideal para poder educar a estos niños y jóvenes en todos los aspectos de su vida, de hecho se dice que el tratamiento para la diabetes tipo 1 consta de cuatro pilares fundamentales, alimentación, ejercicio, insulinoterapia y autocontrol”, afirma.
Según explica la enfermera, hoy en día hay una cantidad considerable de tecnología relacionada con diabetes que podría mejorar la calidad de vida de estas personas. Como referencia destaca la bomba de insulina como una nueva tecnología incluida en la Ley Ricarte Soto y a la que cualquier niño, joven o adulto puede tener acceso mientras cumpla con los protocolos de postulación, “se trata de un dispositivo que infunde pequeñas dosis programadas de insulina a través de un software integrado”.
De acuerdo a la Ley 20.850, este dispositivo cuenta con un sistema de alarmas que se activan cuando los niveles de glucosa son muy altos o bajos, cuando existen cambios muy rápidos o frente a oclusiones de la cánula de infusión. Además, posee la capacidad de suspender la infusión de insulina frente a lectura de glicemia muy bajos en corto plazo.
La importancia de educarse
En este sentido, un punto al que se le debe poner atención según plantea Barriga, es que si el niño o adolescente se inyecta insulina de forma desordenada, sin controlar la alimentación y sin hacer ejercicio podría generarse una hipoglicemia, hiperglicemia y hasta la muerte.
Específica que en el caso de los escolares es muy importante que el profesor o personal administrativo del recinto esté preparado para cuando el niño necesite ayuda. “Los niños con diabetes tipo 1 están muy estigmatizados respecto de la diabetes tipo 2, si bien se llaman igual son bien distintas en cuanto a tratamiento, pronósticos y diagnósticos”, asegura la experta.
Aclara que al eliminar los estigmas sobre la diabetes, se podrá afrontar con mayor positivismo la condición del niño, de manera que la educación es base para que los padres puedan ser portavoces del por qué el menor se debe inyectar, que debe comer y qué actividades ha de realizar sin limitar sus capacidades.
Por último, la docente manifestó que para entregar una mirada distinta sobre esta patología, la Universidad Santo Tomás junto a la Fundación Diabetes Juvenil de Chile desarrollarán un seminario “Educación Diabetológica”, donde se educará a la comunidad en general sobre cómo debe atenderse a los pacientes con diabetes tipo 1, invitación que extiende a todos los estudiantes, profesionales y familias que quieran instruirse al respecto.