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Proyecto de Inclusión, contribuyendo a la construcción de soluciones colectivasVerónica Aros, docente Escuela Terapia Ocupacional UST, Puerto Montt
Académica UST y su voluntariado en Haití: “Debemos ser un motor para el cambio social”
De origen valdiviano, la profesional docente de la carrera de Terapia Ocupacional de Universidad Santo Tomás, sede Puerto Montt nos comenta qué la llevó a estudiar esta carrera y principalmente cómo llegó a trabajar como voluntaria en Haití para la Fundación América Solidaria.
¿Por qué estudiaste Terapia Ocupacional?
La verdad es que cuando tuve que escoger una carrera universitaria no tenía la suficiente claridad acerca de qué quería, pero estuve muy acompañada por mis padres, quienes supieron sobre la profesión y me contaron sobre ella, siempre teniendo claro que la Terapia Ocupacional reunía aspectos de la salud y lo social. Eso último fue lo que me llevó a tomar la decisión, sin tener claro realmente qué hacía un Terapeuta, siempre he pensado que fue una apuesta arriesgada.
¿Cómo fue que llegaste a trabajar a Haití?
Cuando concluí mi paso por la universidad sentí que estaba en un proceso muy vertiginoso, se da una gran presión social por saber qué vas a hacer después de titulado, a lo que personalmente no le encuentro sentido.
Por lo mismo, me cuestioné la razón por la cual había querido estudiar Terapia Ocupacional y en ese proceso recordé el significado que le atribuyo a esta profesión: ser un motor para el cambio social, si finalmente por eso la escogí como carrera y por lo mismo decidí tomarme un tiempo y esperar antes de comenzar a trabajar, hasta tener la oportunidad de ejercer donde sintiera que era una real contribución.
Fundación América Solidaria
Fue así que un día me enteré que en Fundación América Solidaria estaban abiertas las postulaciones y sin dudarlo envié mi formulario de postulación, al otro día me llamaron para citarme a entrevista inicial y comenzó todo. Uno pasa por un extenso proceso de selección, que incluye alrededor de cinco entrevistas.
Una vez seleccionado, los profesionales voluntarios tenemos una inducción en Santiago, donde conocemos la metodología de trabajo y se nos traspasan los proyectos a los cuales llegaremos. Uno no escoge dónde se va, a uno lo destinan a algún país donde exista un proyecto en ejecución que requiera de tu profesión.
Durante ese tiempo también tenemos oportunidad de conocer a los otros profesionales que vivirán con nosotros durante el año de voluntariado, en definitiva tu nueva familia.
Cuando concluye el proceso de formación, te toca alistar maleta para un año y partir. Así llegué a Haití, guiada por mis convicciones y apoyada en todo momento por mi familia, a ejercer por primera vez como profesional.
¿Qué competencias de tu carrera fueron de más utilidad para tu trabajo allá?
Pienso que la tolerancia a la frustración, responsabilidad, persistencia y la formación continua, porque nosotros trabajamos en relación a la ocupación de las personas, entonces hay que observar y conocer los nuevos contextos, las actividades que desarrollan las personas y los significados culturales que eso acarrea. Estar en un contexto nuevo te demanda analizar e intentar conocer esas variables para poder ejercer.
¿Qué significado tuvo esta experiencia en los ámbitos profesional y personal?
En lo profesional fue potente, imagínate que fue mi primer trabajo y que tu primera experiencia laboral sea en algo que tú elegiste, que posee un enorme significado y donde sientes que contribuyes, es tremendo. Además el hecho de estar rodeada por otras personas, profesionales jóvenes que sienten la misma vocación que tú, es un gran respaldo, porque aprendimos los unos de los otros y nos acompañamos en ese proceso.
Ahora, en lo personal para mi fue reafirmar mis valores y convicciones. Estuve inmersa en otra cultura y desde ahí pude ejercer mi profesión, así como plantearme nuevos desafíos. Por otra parte es significativo porque estableces lazos, formas familia y estableces un vínculo con los lugares donde transitaste. Siempre hay una parte de uno que se queda por allá.
¿Lo recomiendas?
¡¡¡Absolutamente!!! Si alguien tiene la oportunidad y las ganas, debe hacerlo, sobre todo porque creo que todos somos responsables de contribuir al cambio, todos los días a través de acciones cotidianas. Además, el salir de nuestra zona de confort es muy potente, te desafía y te abre las perspectivas.