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Funcionarios de San Joaquín refuerzan valores institucionales a través del taller “Nuestro Sello”Académico de Psicología de UST Viña del Mar indica cómo se podría aplicar la Neuroseguridad en la gran industria minera
Alfredo Sherrington expuso en la conferencia internacional “Neuro Talk” como parte de un ciclo de charlas del Proyecto E-Ferias de la Región de Tarapacá.
Alfredo Sherrington, jefe de carrera de Psicología en jornada vespertina de UST Viña del Mar, lleva varios años desarrollando el concepto de Neuroseguridad laboral. En ese contexto, fue invitado para inaugurar un ciclo de charlas correspondientes al Proyecto E-Ferias que se ejecuta en la Región de Tarapacá con el apoyo de Corfo. En su exposición titulada “Neuro Talk”, el académico se refirió a las novedades en Neuropsicología y su posible aplicación en la gran industria minera de la zona norte del país.
La primera idea que expuso fue “cómo pasar de los elementos de protección personal a los elementos de protección mental”, explicando que “la seguridad ha avanzado desde lo concreto, lo empírico, lo individual, a incorporar aspectos cognitivos, emocionales, motivacionales y psicosociales, que son más intangibles y abstractos. Es una seguridad abstracta, invisible, social, no individual”.
“Proteger la mente es lo fundamental, sobre todo hoy que gran parte del trabajo –incluso en la minería- se puede realizar a distancia. El trabajador ya no se expone tanto físicamente, no corre riesgos físicos, pero han aparecido otros riesgos. La minería debe comprender eso, pasar del casco que protege la cabeza a la protección de la mente”, dijo.
Esto implica el desafío técnico de desarrollar instrumentos de medición de riesgo psicosocial. Es ahí donde aparecen los elementos de protección mental. “Lo que debemos conceptualizar es que la incorporación de nuevas tecnologías permite que podamos comprender que la seguridad ha pasado de lo físico a lo mental”, insistió.
Reconocimiento de imágenes para prevenir accidentes
En la segunda parte de su charla se refirió precisamente a las nuevas tecnologías en el ámbito de la seguridad y el bienestar. “Así como hoy es normal controlar el ritmo cardíaco a través del teléfono o de un reloj, nuestra proyección es que lo mismo va a pasar con los equipos de actividad electroencefalográfica. Vamos a poder medir lo que pasa en el cerebro para ver su estado y entregar una alarma de que algo puede estar fallando. No será un diagnóstico clínico, pero será útil, por ejemplo, si logramos anticipar y enviar una alerta cuando un conductor se está quedando dormido al volante”, señaló.
Junto con enumerar las experiencias que ha realizado hasta ahora con distintas empresas y organizaciones para la aplicación de neuroseguridad, Sherrington manifestó que una idea es utilizar reconocimiento de imágenes para ver si se puede desarrollar un “identificador de rostro de accidente”. “¿Habrá una ‘cara de accidente’, algo que nos pueda alertar sobre un riesgo de accidente? A través del computador podemos reconocer estados emocionales y físicos. Si le ‘enseñamos’ a un computador cuál es el rostro de las personas y lo vamos asociando después a comportamientos seguros o inseguros, la meta es que cuando yo entre a trabajar el computador pueda predecir, sólo viendo la cara que tengo hoy día, si es probable que tenga un accidente o que cometa un error en el trabajo”.
Seguridad colaborativa
Finalmente, el académico de Psicología de UST Viña del Mar se refirió al concepto de “seguridad colaborativa”. “El paradigma del ser individual ya cambió. De hecho, el ser humano neurobiológicamente viene hecho para el ganar-ganar, para buscar la reciprocidad positiva, lo que pasa es que aprendió a volverse más individual. Por lo mismo, vamos a pasar de una seguridad basada en comportamientos o en conductas, a una seguridad basada en la colaboración recíproca. Las organizaciones van a tener que dar la oportunidad para que las personas ‘hagan seguridad’ en conjunto”, se explayó.
“Lo que va a primar en los próximos 30 años es la capacidad de autocontrolarse y la capacidad de apoyar a mis compañeros. La seguridad y el bienestar van a ser recíprocos. En los estudios que hemos hecho nos hemos dado cuenta que las personas que son seguras tienden a hacer bien lo que no les gusta. Eso es básico, pero muy potente, es una decisión crítica en la excelencia y seguridad de la empresa. Esto es lo que hay que promover como cultura en los próximos 30 años para un bienestar en nuestro país, en la minería y en todas las empresas”, concluyó.