Innovación sustentable desde San Joaquín.

Insuflex: Innovación sustentable desde San Joaquín al Cono Sur

Impulsado por estudiantes y docentes de Ingeniería en Sonido del Área de Comunicación, en alianza con el Área de Ingeniería, el proyecto Insuflex busca transformar envases reciclados en un material sustentable de aislamiento térmico y acústico. La iniciativa, nacida en la sede San Joaquín, fue reconocida a nivel nacional por su innovación y compromiso con la economía circular.

Desde la sede San Joaquín del Instituto Profesional Santo Tomás surgió Insuflex, un proyecto innovador con impacto ambiental y proyección internacional. La iniciativa nació en 2024 desde un equipo interdisciplinario de estudiantes y docentes del Área de Comunicación, junto al Área de Ingeniería, con el objetivo de prototipar un material térmico, acústico, ignífugo y sustentable, a partir del reciclaje de envases de cartón para bebidas.

Con el apoyo de la empresa Tetra Pak, líder mundial en soluciones de envasado, Insuflex se adjudicó el fondo «Transformar para impactar» en la categoría Idea, y fue reconocido como uno de los dos mejores proyectos a nivel nacional del IPST, obteniendo una pasantía en Innovación Social en Medellín, Colombia.

“Este proyecto nace en el marco del impulso institucional por fomentar la innovación, algo que conversamos con Aixa, Emilio y Jonathan en la carrera. Nos preguntamos qué podíamos hacer desde sonido para postular a un fondo y decidimos abordar el reciclaje, pero desde un enfoque útil para la industria de la construcción”, relata Pablo Urrutia, coordinador de carreras de Sonido.

Inspirados en el uso que se da a la celulosa proyectada en cielos y muros de centros comerciales y estacionamientos, el equipo de Insuflex se propuso separar los componentes de los envases Tetra Pak para recuperar la celulosa y reutilizarla en soluciones constructivas.

 

“Teníamos claro que el cartón de estos envases tiene un valor y que podíamos transformarlo en un material con propiedades térmicas y acústicas. Así surgió la idea de Insuflex, que toma su nombre del proceso de insuflar material dentro de estructuras, como los muros falsos o de tabiquería metálica”, explica Urrutia.

El desarrollo del proyecto no solo implicó el diseño y ejecución de prototipos, sino también la colaboración con docentes investigadores de ambas áreas, entre ellos el profesor Douglas Fernández del Área de Ingeniería, clave en la evaluación de la composición química del material.

“Desde Sonido aportamos desde la acústica, pero necesitábamos el respaldo técnico en química y laboratorios que nos dio el equipo de Ingeniería. Esa sinergia fue fundamental para validar lo que estábamos proponiendo en tan solo tres meses”, detalla.

Una de las claves del proyecto fue la vinculación directa con Tetra Pak, con quienes se coordinó una reunión estratégica para conocer sus necesidades y líneas de acción en reciclaje.

“Conversamos con Jean Franco Reglanti, gerente de sustentabilidad de Tetra Pak, y nos compartió que están buscando desarrollar una planta en Chile para procesar estos residuos. Esa conversación nos motivó aún más: sabíamos que podíamos contribuir con una solución real y alineada con los desafíos país en economía circular”, recuerda Urrutia.

El respaldo institucional también ha sido clave para su avance. El rector de la sede, Daniel Soto, y la directora académica, Sandra, facilitaron la gestión para obtener materia prima desde Watts y apoyar las fases iniciales del prototipo.

“Este año queremos seguir avanzando, mejorar nuestros prototipos, encontrar nuevos usos para este material y demostrar que desde San Joaquín se puede innovar con impacto social y ambiental. Insuflex tiene mucho futuro, y queremos que toda la comunidad lo sepa”, concluye Pablo Urrutia.