Reuniones familiares, cena de fin de año, papel recortado, sobres rojos con dinero y cerezas chilenas son parte de las tradiciones del gigante asiático en esta fecha.

En la actualidad nos encontramos conmemorando el Año Nuevo Chino, o Fiesta de la Primavera, celebración que se prolonga por más de dos semanas y que se ha transformado en una de la más masivas del mundo. Su celebración reúne una serie de aspectos, ideológicos, culturales, gastronómicos, entre otros.

Uno de los hitos más importante en esta fiesta es la cena del último día del año, que se ha transmitido durante miles de años de generación en generación, y que hoy en día forma parte del ADN de millones de familias. La importancia de esta cena, los alimentos que la componen (lo que cada uno de ellos simboliza) y con quiénes se comparte ha tomado tal importancia entre los chinos que la reunión familiar se ha transformado en una de las bases de sus tradiciones.

Lo anterior no sólo se transforma en un hecho emotivo, sino que se ha convertido en la mayor migración del planeta, contabilizando alrededor de 3.000 millones de desplazamientos de chinos que se reúnen con sus familias en este periodo de vacaciones. Éste es un acontecimiento único en el mundo. Es común ver en esta época imágenes de aeropuertos, estaciones de autobuses y de trenes en China completamente colapsados de gente; lo que se repite una vez finalizada la fiesta, cuando todos deben regresar a su vida cotidiana.

Otra de las tradiciones importantes en esta celebración es la entrega de sobres rojos (o Hong Bao) con dinero, que son regalados por los adultos de la casa generalmente a los niños o más jóvenes. Esta costumbre se ha ido ampliando a los adolescentes, ancianos y hoy en día se ha transformado en una demostración de cariño a los más cercanos. Es por lo mismo que se considera de mala educación abrirlo en presencia de la persona que lo regaló. Gracias a las nuevas tecnologías, en estos últimos años existe una aplicación china llamada Wechat (similar a WhatsApp) para enviar estos sobres a través del aparato celular.

Sin lugar a duda, uno de los momentos más importantes para la comunidad china durante la Fiesta de la Primavera es la cena de la víspera del Año Nuevo chino, momento en que visten sus mejores ropas, se reúne toda la familia a cenar y a ver por televisión las transmisiones del programa especial del Año Nuevo. Es una tradición que las familias barran y limpien minuciosamente sus casas, con el objetivo de deshacerse de la mala suerte acumulada en el año que se va. Mientras más limpia esté la casa, la energía entrará con una vibración más alta y se moverá con facilidad y armonía por todo el hogar. Asimismo, durante los primeros días no se puede barrer ya que se estaría sacando de la casa toda la buena suerte que llegó con el año nuevo.

Durante la cena de la noche vieja suele estar reunida toda la familia, sin embargo, si alguien no pudo estar presente, se le considera con un puesto vacío en la mesa. Los alimentos que se cocinen para esta ocasión dependerán de la zona de China donde se está festejando. Mientras en el norte del país, la comida principal de esta cena son los ravioles chinos (jiǎozi), en el sur la comida principal para la nochevieja son las bolas de arroz glutinoso rellenas de dulce (yuánxiāo) y los pasteles de arroz (niángāo). Por ejemplo, en la provincia de Henan acostumbran que la última noche del año se sirva un plato de pescado, lo cual tiene el significado de “abundancia”, ya que “pescado” en chino es “yú”, homófono de “excedente, sobrante”.

Dentro de todo este contexto, Chile no se encuentra ausente, ya que en la actualidad las cerezas es uno de los productos de nuestro país más valorados por los chinos. Tanto es así, que la pasada temporada de cerezas alcanzó un peak de 120 mil toneladas exportadas, principalmente en las vísperas del Año Nuevo Chino. Lo anterior se debe a que es considerada un símbolo de elite y los chinos suelen regalarlas como demostración de amistad. Los chinos son supersticiosos: la forma redonda, bella y brillante que tiene la cereza es señal de perfección, eternidad y su color rojo significa fortuna y prosperidad.

Las celebraciones del año nuevo chino se prolongan hasta el decimoquinto día del primer mes según el calendario lunar chino y culmina con el Festival de los Faroles, que este año se celebra el 8 de febrero. Dentro de este contexto, el día 25 de enero finalizó el año del cerdo y se dio inicio al año de la rata de metal, mismo año en que se celebran 50 años de relaciones diplomáticas entre China y Chile.