Desarrollando la estrategia de la organización desde la Gestión Corporativa de Procesos
Que las organizaciones se adapten rápidamente al mercado es el desafío más relevante para las empresas que enfrentan un entorno cambiante y altamente competitivo. Pero no sólo la rapidez es relevante, es de vital importancia que esta rapidez vaya acompañada de precisión y sin retrasos.
Bajo el escenario anterior, han tomado fuerza los últimos años disciplinas que entregan herramientas, técnicas y métodos para que los esfuerzos destinados a cumplir con la estrategia corporativa generen valor tanto al cliente como al negocio.
En esta línea, nos encontramos con Business Process Management (BPM) o Gestión de Procesos de Negocios. BPM combina métodos ya probados y establecidos de gestión de procesos con nuevas herramientas de software, lo que ha posibilitado incorporar velocidad y agilidad a los procesos de la organización, permitiendo así aumentar el rendimiento del negocio.
Es de vital importancia que en las organizaciones exista un área de procesos encargada de aplicar estos métodos y herramientas, junto con especificar la estrategia de negocio para el área de Procesos y cómo alinearla con la estrategia corporativa.
Estrategia de la compañía y estrategia del Área de Procesos
Ambas deben tener la misma orientación. La estrategia de la compañía es más general, abarca todos los productos, a toda la organización y a todos los procesos. La estrategia del Área de Procesos, en cambio, es más particular, el primer componente debe concentrarse en productos o servicios (outputs) y un cliente claramente establecidos, es decir la especificación del mercado en el cual la compañía competirá, y un Proceso de Negocio precisamente determinado.
Identificar un producto, equivale a determinar un cliente y un proceso al mismo tiempo. Normalmente, una empresa o una unidad organizacional produce varios productos o outputs, sin embargo, no todos los productos son relevantes. Las organizaciones normalmente identifican productos más relevantes que otros.
Un segundo componente de la formulación estratégica es un conjunto coherente de objetivos, los cuales pueden ser financieros, estimaciones de volúmenes o calidad del producto o servicio. Un tercer componente consiste en la explicitación de una forma básica de alcanzar tales objetivos.
Una de claves para el éxito de la implementación de BPM en una organización es un liderazgo para establecer la visión, lograr el cambio y mantener el curso. Una vez que esté preparado, ¿por dónde comienza con BPM? Lleve a cabo sus primeros pasos en aquellas áreas que puedan generar valor rápidamente, en cuestión de unos meses a lo sumo. Seleccione proyectos que afecten a los procesos fundamentales y que generen el valor más alto para el cliente.