Paulina Araya, kinesióloga pionera en drenaje linfático, actualmente es la encargada de capacitar a sus colegas de la red de salud pública a lo largo del país en esta área.

Haciendo un alto en su apretada agenda, Paulina Araya se hizo un tiempo para llegar hasta la UST Talca y dictar una interesante charla a los estudiantes de la Escuela de Kinesiología, en el marco de la celebración de su día.

Paulina Araya es Kinesióloga pionera en Chile del drenaje linfático, académica de postgrado de prestigiosas universidades nacionales, responsable de la capacitación de los kinesiólogos de la red de salud pública a lo largo del país en el área de la kinesiología oncológica y Fundadora del Centro de Especialidades y Rehabilitación de la mujer, CERMUJER.

Además es kinesióloga clínica con especialidad en rehabilitación oncológica y patologías flebo-linfáticas, Vice presidenta de la Organización Chilena de Terapia Física en Salud de la Mujer y Delegate Chile, International Organization of Physical therapy in Woman’s Health, organismo dependiente de la World Confederation of Phisical Therapy.

¿Cuáles son los énfasis que destacaría de la charla dictada en la UST Talca?

“Acordado con la organización de la actividad, la idea fue plantear cuál ha sido la historia de la kinesiología oncológica en Chile haciendo un contexto mundial. Cómo partimos en nuestro país con esta área de especialidad kinésica y en qué estamos hoy. Hicimos un recuento de los últimos 20 años y hablamos de nuestra posición actual y los desafíos que tenemos. Abordamos también cuáles han sido los avances a nivel gremial, científico y político”.

¿En qué estamos actualmente en Chile respecto a esta área?

“Nuestra situación hoy día no dista mucho de lo que está ocurriendo a nivel mundial, creo que tenemos un muy buen nivel, podemos hablar de una organización desde el punto de vista gremial bastante coordinada ya que contamos con una sociedad científica que partió el año 2007 y creo que es una punta de lanza respecto de otros países de Latinoamérica al menos de habla hispana porque el único que tiene una asociación antes que nosotros es Brasil. Tenemos también avances en políticas públicas por ejemplo incorporando a los kinesiólogos en algunas canastas GES de cáncer. Creo que el mayor logro en estos años ha sido el reconocimiento de los pares como un área de especialidad y por parte de los otros profesionales como también una expertis propia de algunos kinesiólogos que requiere de una capacitación particular que no da lo mismo a quien uno envíe a un paciente oncológico”.

¿Cuáles son los desafíos?

“Básicamente los desafíos están dados por difundirlo en término de publicaciones. Creo que nosotros tenemos muy buena información, datos que tenemos que empezar a publicar y ése es el desafío que viene de aquí en adelante. Algunos colegas que estamos asociados a universidades ya trabajamos con investigaciones en esta área”. 

¿En qué consiste el trabajo que realiza un kinesiólogo oncológico?

“La intervención estuvo históricamente supeditada a minimizar los riesgos de los tratamientos y de la enfermedad en sí misma, ya que existen pilares del tratamiento oncológico que son cirugía, quimioterapia y radioterapia. Hoy en día existe otra variedad o derivados de la oncología médica también, sin embargo se ha ampliado mucho más el campo a partir de las investigaciones y la evidencia que existe respecto de que nosotros como kinesiólogos tenemos herramientas fundamentales para intervenir pacientes desde el diagnóstico e incluso para prevenir el cáncer. Hay suficiente información que respalda que nosotros podemos aportar a la rehabilitación de un paciente oncológico desde el diagnóstico, durante el tratamiento, después del tratamiento, en etapa de sobrevivencia e incluso en etapa de fin de vida, por lo tanto tenemos todo un espectro de atención donde tendremos que dividir las atenciones respecto de aquellos que trabajan con adultos, adultos mayores o quienes trabajan en oncopediatría”.

¿Cuál es el aporte que realiza la disciplina a los tratamientos contra el cáncer?

“Yo diría que la intervención tiene el objetivo de prevenir, evitar o minimizar los efectos de la enfermedad y los tratamientos de modo de mejorar la calidad de vida y la funcionalidad de esa persona independiente de su pronóstico. Incluso aunque su pronóstico sea de incurabilidad o muerte previsible”.

¿Cuáles son las tendencias que existen en el desarrollo de esta área?

“En los últimos cinco años diría que hay un boom de la investigación en el área de la oncología en general a partir de que esto epidemiológicamente es un desastre respecto de cuáles son las cifras y hacia dónde va a el mundo y Chile también. De aquí al 2020 el cáncer va a ser la primera causa de muerte en los chilenos, de esta manera creo que los avances y las tendencias están hacia hacer intervenciones que sean de bajo costo, poder bajar esta información no solo a nivel de especialidades sino también de la atención primaria por ejemplo porque habrá un gran número de paciente crónicos. La tendencia hoy en día es utilizar herramientas primero para prevenir disfunciones y segundo para tratar a este paciente como un paciente crónico”.

¿Qué mensaje le podría dar a los estudiantes de kinesiología de la UST que en el mediano y corto plazo se insertarán en el mundo laboral?

“En nuestro país estamos muy bien posicionados, ha habido un respeto hacia la especialidad a pesar de que hoy sigue siendo pendiente que no estamos reconocidos como especialidad en el DENAK (Departamento Nacional de Enfermedades Kinésicas) y ése es uno de los próximos desafíos en términos gremiales. Creo que haber iniciado el trabajo con pacientes con cáncer hace 20 años atrás fue una divina coincidencia, nunca pensé que iba a tener el boom que tiene ahora y creo que el mensaje  a los estudiantes es atreverse a explorar, a experimentar áreas donde probablemente lo económico no va a ser lo más llamativo porque creo que los límites y las fronteras solamente las ponemos nosotros. Hoy en día con la cantidad de kinesiólogos que hay se necesita mirar más allá donde hay muchas posibilidades y ellos tienen la capacidad de inventarse y reinventarse. Tienen que ser valientes respecto a desafíos nuevos a pesar de que hace un tiempo decían que la kinesiología oncológica era emergente y yo diría que ya no tiene nada de emergente”.