Metodología BIM
La metodología BIM (Modelamiento de la Información en la Construcción) es una herramienta tecnológica para la gestión de proyectos a través de modelos digitales 3D, aplicada por profesionales capacitados, que busca disminuir las pérdidas económicas y mejorar el control de las obras de construcción, debido a que en esta etapa se evidencia mucha falta de información, interferencias e incongruencias entre documentos y versus lo ejecutado.
El BIM busca una reducción de costos significativa durante la fase de construcción, entendiendo que el mayor costo se debe hacer en la etapa inicial de un proyecto (diseño) y no durante la construcción, ya que en esta última etapa los efectos económicos de los problemas son mucho mayores.
Las especialidades más importantes en un proyecto de construcción son la arquitectura y cálculo estructural, y justamente son las que generan mayor cantidad de requerimientos de información, cuando deberían ser las más coordinadas. La falta de comunicación o mala planificación se soluciona con una coordinación continua, logrando con esto menores atrasos en las obras y menores costos finales no estipulados (pérdidas o dejar de percibir o ganar).
En definitiva, el BIM busca coordinar un proyecto de construcción desde su etapa inicial mejorando la comunicación entre los especialistas, disminuir la incertidumbre a lo largo del proyecto, y aumentar la confiabilidad de la información y consistencia de los documentos, donde los flujos de información deben concurrir hacia un solo modelo.
Muchos países impulsan el uso del BIM, realizando estudios y elaborando guías para los usuarios, de alguna forma, definiendo requisitos y estandarizando el modelo acorde a la normativa vigente de cada estado. Países como Alemania, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Suiza, Australia, Suecia, Brasil, e incluso Chile, estimulan el BIM calendarizando sus objetivos y tareas e iniciándolo en el sector público para que luego sea promovido en el sector privado, recalcando en cada momento la mejora de la trazabilidad y direccionamiento de un proyecto, contemplando las fases de diseño, construcción y operación, es decir, durante todo su ciclo de vida.
Sin duda, los países ponen al BIM como una metodología que asegura la durabilidad de un proyecto reduciendo las patologías, optimización de los tiempos, aumento de seguridad de los proyectos, reducción de las ineficiencias, disminución en los costos, aumento en la producción y mejoras en la calidad de los proyectos de la industria de la construcción.
La estrategia de los países es ubicar al BIM dentro de sus políticas públicas, visualizando como objetivo fomentar los intercambios comerciales internacionales e instancias de colaboración, mejorar la competitividad de cada país en el contexto de accesibilidad a nuevas licitaciones y contratos y ahorrar en proyectos públicos, y que esos fondos ahorrados sean reinvertidos en diversos proyectos de mejoras al país.
Finalmente, desde el punto de vista del mandante y de los conceptos de trazabilidad y direccionamiento de un proyecto, usar BIM permite estimular la inversión ya que se logran aumentos en la rentabilidad por la disminución de los costos y se logra un beneficio importantísimo ligado a la mejora en la toma de decisiones, ya sea en la calidad de ésta como en la rapidez.