A un mes de la visita del Papa: ¿La noticia o las noticias?
Parece que fue ayer y ya ha pasado un mes desde que el Papa Francisco pisó tierra chilena y se encontró con su gente y su cultura. Sin embargo, se han difundido muchas noticias ligadas a escándalos o conflictos, destacando lo relacionado a monseñor Barros y sus derivadas: las declaraciones del Papa refiriéndose a los abusos, las críticas recibidas, pedidas de perdón y finalmente, la decisión de la Santa Sede de enviar al arzobispo de Malta, monseñor Charles J. Scicluna, para visitar el país a recabar antecedentes de primera fuente.
Lo descrito, voluntaria o involuntariamente, desdibujó la noticia real que trajo Francisco y que, dicho sea de paso, ya la había traído Juan Pablo II hace 30 años.
La buena noticia es que Dios sigue siendo un padre amoroso que se acerca a sus hijos para ayudarles a levantarse, lavarles la suciedad de sus caídas, e impulsarlos a seguir caminando con su gracia. Esa es realmente la noticia que el Papa Francisco quiso traer a Chile.
Noticia que quizás a primera vista no genera titulares como los que llenan los diarios, pero que bien mirada y profundizada es capaz de cambiar la vida y dar una felicidad inmensa, inagotable a quien la acoge.
La misma fuerza con que resonó el famoso “Miradlo a Él” de Juan Pablo II en el Estadio Nacional, volvió a resonar en Maipú invitando a los jóvenes a entrar en conexión con Dios y a ser verdaderos protagonistas de la historia usando la clave “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”, y quizás, la más consoladora fue la noticia de la Madre, de María, Reina de Chile, presente como un hilo de oro en todos sus actos religiosos y a la que coronó en dos ocasiones, en la querida imagen de la Virgen de La Tirana o del Carmen de Maipú. Invitación a vivir la alegría bajo la maternidad de María, de especial eco en nuestra ciudad.
Y así, en la cárcel femenina y La Moneda, se centró en el valor y dignidad de cada persona y en el cuidado de la casa común, porque “dignidad genera dignidad”. La posibilidad de la rehabilitación personal y de una vida digna, ¿no es noticia? Al igual que el espaldarazo que dio al rector Ignacio Sánchez por su valiente defensa de la vida humana desde su concepción y de la identidad católica de la Universidad que dirige, dicho en el contexto de los desafíos de la Universidad de cara al mundo de la cultura y de la alfabetización integral de la sociedad.
En conclusión, a un mes de la visita del Papa queda mucho por hacer. Lo más urgente es rescatar la noticia de entre las noticias que tienen el riesgo de velarla u ocultarla. Y luego, entrar en el camino al que se nos invitó y no dejar de caminar, con esperanza y confiados en la ayuda y asistencia del que no deja de amarnos, de perdonarnos y de alentarnos porque es Padre y nos ha prometido: “Mi paz les doy”.