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Pablo Simonetti: “Creo que para avanzar en cualquier tema social siempre es bueno saber de dónde venimos”
Bio Bío Lee fue una oportunidad para que este escritor chileno se reencontrara con sus lectores locales, generando una retroalimentación que no lo dejó indiferente.
Su paso por Los Ángeles no dejó indiferente a quienes lo siguen, por lo que se convirtió en uno de los escritores chilenos que más visitas recibió durante la presentación de su libro “Desastres naturales”, en el marco de la VIII versión de la Feria del Libro Bio Bío Lee de la Universidad Santo Tomás Los Ángeles.
-¿Cómo sintió su visita a Los Ángeles, en el marco de esta nueva versión de la Feria del Libro?
Estoy contento por la ciudad de Los Ángeles que se haga un evento como éste. La Feria del Libro tiende a unir a los lectores con los autores y me parece que esas conversaciones siempre son fructíferas, son ricas, son un intercambio tanto para los lectores como para los autores.
A nosotros nos genera una idea de qué es lo que están sintiendo o pensando de nuestras obras, sirve como una especie de telescopio.
Estamos mucho tiempo solos; pasamos mucho tiempo pensando nuestras historias, sentados frente a nuestros computadores y éstas son quizás las pocas oportunidades que tenemos para conversar con nuestros lectores.
-¿Es por lo mismo que no es la primera vez que nos visita en esta Feria?
Es la segunda vez que vengo a Los Ángeles y, en general, trato de ir a las ferias que me invitan en regiones porque me parece que es bueno, son tan lectores como todos los que puedan haber en Santiago.
Me parece que es un esfuerzo importante para poder salir también de ese mundo pequeño en que muchas veces nos encerramos las personas.
A mí me pasa igual, cuando viene un escritor que admiro voy corriendo a verlo porque me abre la mente, me abre la imaginación y el corazón.
-¿Cómo fue la recepción del público en esta oportunidad?
Fue muy cariñoso, se quedaron hasta el final, hicieron muchas preguntas, se mostraron interesados en mis novelas, en mis obras, particularmente en Desastres Naturales así que fue muy cálido, muy interesante.
Estoy respondiendo pero también estoy quedándome con algunas preguntas que me hicieron porque esas preguntas me ayudan a saber quién estoy siendo para mis lectores.
-El protagonista de su libro es un joven que se enfrentó a una época muy difícil, donde la homosexualidad era tabú. ¿Ha cambiado la percepción que hoy la gente tiene sobre ello?
Creo que para avanzar en cualquier tema social siempre es bueno saber de dónde venimos y esta matriz informadora y homogeneizante de la que venimos y que reprodujo de manera tan brutal es algo que tenemos que tener en consideración.
Ese punto de partida nos marca -incluso- hasta hoy, a pesar de que tengamos avances, que las cosas hayan cambiado.
Aquí vemos a Marco, que es un hijo que cuenta la historia y la relación con su padre y cómo él tiene que vivir la diferencia en un mundo en que las diferencias tendían a desaparecer de manera forzada.
Esto porque cualquier disidencia estaba mal vista y la diversidad sexual era vista como una disidencia, como otras disidencias que fueran perseguidas.
Esta quizás no fue perseguida, en particular, pero fue perseguida conceptualmente; la idea del hombre-hombre, considerando a la mujer femenina, al hombre machito, el hombre que trabaja, una mujer decorosa, doméstica, subsidiaria, todo eso está en el aire y es importante tenerlo en cuenta.
-¿Qué tanto tiene Pablo de Marco?
Tiene mucho. Lo que siempre digo: mis novelas, muchas de ellas, son de raíz autobiográficas. Ésta también es una novela de raíz auto bibliográfica, pero podríamos decir que el núcleo de Desastres Naturales son conflictos que a mí me tocó vivir.
Si pensamos en la novela como una célula, el núcleo son los conflictos que a mí me tocó vivir; la membrana es el mundo cultural, religioso, político, social que me tocó vivir pero el plasma celular, todo lo que está entre el núcleo y la membrana, es todo ficción porque en el fondo voy creando escenas que tengan un mayor relieve en lo que quiero contar.
-De alguna forma, esa historia igual puede ser aplicada en distintos aspectos de la vida. La sociedad, en general, vive encasillada en prototipos que cumplir…
Ese es quizás el tema principal de la novela que es la relación entre identidad y pertenencia. Todos los modelos de costumbre, en las novelas de género sobre todo, son formas muy asentadas y muy infiltradas en toda la convivencia social.
Romper con ese modelo realmente cuesta mucho; uno necesita mucho trabajo porque, por una parte, se puede ver comprometida la pertenencia y al ver comprometida la pertenencia, puedes perder tus afectos, puedes perder tu trabajo, puedes perder las cosas que te resultan más importante en tu vida. Entonces, ahí hay un conflicto.
Soy de los defensores de la idea de que la pertenencia no debería exigir a cambio un compromiso de identidad. Puede haber una cosa conductual (…) pero es distinto cuando es una cosa de identidad en la que tú dices no puedes ser como tú quieres ser.
-En eso también radica su lucha por el tema de las minorías.
Por supuesto. La diversidad sexual, como a mí me gusta llamarla, es una lucha por iguales derechos e igual dignidad.
Entonces, el día en que nosotros tengamos el pleno reconocimiento para la diversidad sexual vamos a lograr que las personas puedan tener la identidad que tienen, que es algo que es innato y que no es algo que sencillamente está en ellos, y al mismo tiempo puedan trabajar, puedan tener sus creencias, puedan pertenecer a sus familias y puedan vivir la vida plenamente.