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Guy Morrison: desde Canadá a Tierra del Fuego trabajando por la conservación de aves playeras
Guy Morrison, especialista en el estudio y conservación de aves playeras, visitó la Universidad Santo Tomás para dictar una clase magistral en dónde habló sobre los principales hitos de su carrera.
La relación entre el Centro de Investigación Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás y Guy Morrison es estrecha. Gracias a este investigador canadiense se dio a conocer la importancia del humedal Bahía Lomas para la conservación de aves playeras a nivel mundial, cuando publicó el primer Atlas de Aves Playeras de Sudamérica junto a Ken Ross, en 1989. Para el desarrollo de este Atlas, Morrison y su equipo sobrevolaron 28 mil kilómetros de la costa sudamericana.
“Estamos muy contentos de poder tenerlo aquí, ofreciendo una charla en Santiago. Guy Morrison demostró para la ciencia la importancia de Bahía Lomas, que es el lugar en donde trabajamos. Su trabajo es muy importante para nosotros», enfatizó Carmen Espoz, Decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Santo Tomás y directora del centro de investigación Bahía Lomas.
Morrison recibió la Orden de Canadá el año pasado, uno de los más altos reconocimientos que el gobierno canadiense entrega a los ciudadanos que han hecho importantes contribuciones al país. Actualmente, en Canadá se desempeña principalmente para el gobierno de ese país en Environment Canadá.
Clase Magistral de Guy Morrison en Santo Tomás
Guy Morrison dictó en la Universidad Santo Tomás la clase magistral “From the Arctic to Tierra del Fuego: 50 years of shorebird research and conservation in the Western Hemisphere”, en donde hizo un recorrido sobre distintos hitos de su carrera. Esta charla, fue organizada por el Centro de Investigación Bahía Lomas, Enap y la ONG Manomet Center for Conservation Science, los mismos organismos que anualmente trabajan en el censo de aves playeras que se realiza en Tierra del Fuego.
Durante esta instancia Guy Morrison mostró en imágenes cómo es participar en expediciones en lugares tan recónditos como Tierra del Fuego, con pocas comodidades y en una época en donde no contaban con mayor tecnología, como por ejemplo, la ayuda de satélites. «Quise aprovechar esta oportunidad para mostrar cómo es estar en estos lugares, a los que imagino que la mayoría de las personas no ha tenido la oportunidad de ir», explicó Morrison durante su presentación. Dentro de estas expediciones, se cuentan lugares en Islandia, España, Canadá y Tierra del Fuego, entre otras.
Los inicios de su carrera
Una de las expediciones que más marcó a este profesional y que finalmente lo motivó a dedicar su trabajo al estudio y la conservación de las aves playeras, se llevó a cabo en 1963, en Islandia. Ahí tuvo la oportunidad de observar a más de 2000 playeros árticos (Calidris Canutus). En esa oportunidad, uno de los más importantes descubrimientos de Morrison y su equipo fue la razón del cambio de peso de las aves migratorias. Los investigadores observaron un cambio desde 135 a 200 gramos en el periodo de un mes. «Antes se pensaba que este peso extra era sólo grasa, pero con estos estudios descubrimos que es un mecanismo mucho más sofisticado”, explicó Morrison durante la clase.
Según estos estudios, el tamaño del corazón de las aves aumenta después de la llegada al lugar, pero también antes de dejarlo. Los músculos pectorales, que son los que utilizan para volar, también aumentan. El estómago aumenta, pero disminuye antes de emprender la partida. “Los pájaros se entrenan para convertirse en algo así como máquinas de vuelo. Están en perfectas condiciones para emprender vuelo al ártico”, concluyó el investigador sobre este estudio. De la misma manera, se preparan para sobrevivir.
Fue así que continuó visitando distintos sitios de importancia para las aves playeras alrededor del mundo, comenzando a identificar una serie de ciclos muy importantes para las aves y también, los sitios en los que se concentraban estas especies.
Conservación de aves playeras en Sudamérica
A mediados de la década de los ’80, Guy Morrison comenzó a sobrevolar las costas de Sudamérica. El conocimiento que Morrison y su equipo obtuvo de estos viajes, sirvió para que el investigador canadiense fundara en 1986 la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP).
La RHRAP, es una de las organizaciones que trabaja constantemente con el centro de investigación Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás. Diego Luna Quevedo, es actualmente especialista en conservación de esta red. “La historia de Guy Morrison está íntimamente relacionada con nuestra red. A mediados de los 80, cuando el equipo de Guy Morrison comenzó a sobrevolar las costas de Sudamérica, identificaron una serie de sitios que concentraban aves playeras y ellos, precursores, soñadores, imaginaron una suerte de red de reservas hermanas. Así nació la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, que actualmente reúne a 101 sitios críticos para las aves playeras en 15 países, con más de 15 millones de hectáreas de reservas para las aves«, explicó Luna sobre la importancia del trabajo de Guy Morrison para la conservación de las aves playeras y sus hábitats. Como las aves se trasladan de un lugar a otro constantemente, Guy Morrison explicó que «todos los lugares clave para estas especies necesitan ser protegidos para que la conservación de las aves playeras sea efectiva.»
La importancia de Sudamérica y Bahía Lomas para las aves playeras
En Sudamérica, existen lugares clave para el desarrollo de diversas especies de aves playeras. Uno de estos lugares es Bahía Lomas. Según datos entregados por Morrison, el 88 % del total de playeros blancos está en las costas del pacifico, 68% en Perú y 33% en Chile. En tanto, del total de la población de playeros árticos, un 88,4% se encuentra en Latinoamérica y más del 50% en el humedal Bahía Lomas.
“Lamentablemente la declinación de estas especies es un hecho confirmado. Es por eso que estos sitios son tan importantes para la conservación de estas especies a una escala internacional”, sentenció Morrison.
En la costa del Pacífico Norte, la población de aves playeras ha declinado en un 80% en comparación a 1983. Por otro lado, la población de playeros árticos pasó de 50 mil en el año 2000 a 13 mil en 2010. “La investigación constante es esencial para nuestros esfuerzos de conservación”, concluyó Morrison.
Hasta el día de hoy, el equipo de investigación de Guy Morrison junto con la Facultad de Ciencias de la Universidad Santo Tomás continúan con el monitoreo de aves playeras en Bahía Lomas. La información que recolectan es fundamental para estas especies que están en peligro de extinción.
Guy Morrison se encuentra en Chile porque va camino a Punta Arenas y la decana de la Facultad de Ciencias de la UST, Carmen Espoz, lo sigue junto a otros profesionales para lleva a cabo un nuevo censo anual de aves playeras.
Cada año, Guy Morrison repite la misma ruta que las aves playeras que se dedica a estudiar: vuela desde Canadá hasta Tierra del Fuego. En esos viajes, su misión es establecer la cantidad de aves migratorias que llegan al humedal Bahía Lomas. “Un camino que Guy ya ha hecho muchas veces”, dijo Espoz sobre este viaje que realiza todos los años.
¿Por qué migran las aves playeras?
Según Morrison, alrededor de 15 especies de aves playeras migran al sur. “Probablemente es un patrón evolucionario. El ártico es un muy buen lugar para llegar en verano, porque hay suficiente comida. Al migrar lo que hacen es seguir este tipo de hábitats”, explicó el canadiense.
Carmen Espoz aprovechó la oportunidad para comentar que en la clase estuvieron presentes personas que pronto conocerán Bahía Lomas: un practicante que comenzará a trabajar en febrero en el centro de investigación y la ganadora del premio por el día de las aves migratorias.