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Estudiantes de Santo Tomás Viña del Mar participaron en “Enegeol Valdivia 2015”Alumnos de Psicología de Santo Tomás Viña del Mar llevaron ayuda a la localidad de Canela Alta
Grupo de 15 estudiantes viajó a entregar donaciones y compartir con los habitantes del pueblo que fue fuertemente afectado por el terremoto de septiembre pasado.
Valeria Bugueño vive en Villa Alemana, pero parte de su familia es de Canela Alta, en la IV Región. De hecho, ella estaba allá cuando ocurrió el terremoto del 16 de septiembre y vio cómo la viejas casas del pueblo se desplomaban o quedaban inhabitables. Volvió sabiendo que debía hacer algo para ayudar y fue así como junto a sus compañeros de primer año de Psicología organizó una campaña que terminaría involucrando a alumnos de otros cursos, profesores, jefes de carrera y a la dirección de la Escuela de Psicología de Santo Tomás Viña del Mar.
“Surgió la idea con mis compañeros de iniciar esta campaña y de a poco se fue sumando gente, los profesores y alumnos de otros cursos”, cuenta Valeria. Luis Barría añade que “como somos nuevos no conocíamos a nadie, pero hubo una chica de tercero que se entusiasmó y nos ayudó a contactar gente. A partir de esa conexión se fue ampliando el grupo”.
Lo primero fue iniciar una campaña de recolección de alimentos no perecibles, agua y útiles de aseo, la que se extendió por dos semanas en la terraza de la sede Uno Norte. Sin embargo, la verdadera intención era viajar a Canela Alta para ayudar en terreno, lo que se concretó entre el viernes 13 y el lunes 16 de noviembre.
Finalmente, viajaron los alumnos Valentina Bugueño, Luis Barría, Eyleen Astudillo, Marcela Rodríguez, Pía Miranda (primer año), Guillermo Rozas, Esteban Oyarzún, Elías Villalobos, Denny Brito (tercer año), Ramiro Fuertes, Sebastián Rojas, Karen Cárdenas, Paula Calderón (cuarto año), Margarita General y Leonardo Figueroa (quinto año).
La expedición no estuvo exenta de problemas, principalmente por falta de recursos. “Hubo un momento de incertidumbre, pero ahí aparecieron los jefes de carrera y el director de Escuela para decirnos que esto no se iba a caer y que siguiéramos adelante”, recuerda Eyleen Astudillo.
Al llegar a Canela, el panorama que encontraron era peor de lo que imaginaban. “Como yo conozco, les iba mostrando a los demás los lugares donde antes habían casas y ahora no hay nada”, comenta Valeria. Y también hubo problemas logísticos: “ese día había un rodeo a beneficio de un vecino y todos se iban para allá. En un momento quedamos parados sin saber qué hacer”, complementa Marcela Rodríguez.
A pesar de ese inconveniente inicial, con el paso de las horas las cosas comenzaron a funcionar. “Cambiamos un poco nuestra planificación, pero al final logramos dividirnos en grupos: unos trabajaron con los adultos mayores y otros con preadolescentes y niños”, recuerdan.
De los juegos con los más chicos a las conversaciones con los adultos, los estudiantes de Santo Tomás Viña del Mar sienten que lograron ayudar. “No queríamos abrir heridas, así que no los forzábamos a que hablaran del terremoto, el tema salió de forma natural”, explican.
Con ganas de permanecer más días en Canela Alta, los alumnos de Psicología regresaron satisfechos. “Nosotros como somos de primer año no sabemos mucho de intervenciones, pero los de cursos superiores nos apoyaban y nos daban las herramientas para hacer el trabajo más propio de la carrera”, explica Luis. Eyleen agrega que “pasamos de no conocer a nadie a ser muy amigos. Ahora estamos siempre en contacto con los otros chicos”.
Y aunque recién volvieron, algunos ya están pensando en volver al norte: “yo por lo menos voy a volver porque es mi familia, pero el resto también quiere ir. Al parecer la Federación de Estudiantes irá en el verano a hacer Trabajos Voluntarios; si es así, sería más fácil sumarnos”, finaliza Valentina.