Educación Técnico Profesional: potenciando el territorio
En la Región de Tarapacá, hablar de desarrollo implica necesariamente hablar de educación. Y en ese marco, la Educación Técnico Profesional (ETP) se ha consolidado como una herramienta estratégica para responder a los desafíos productivos, sociales y culturales de nuestro territorio.
El norte grande concentra sectores clave para la economía nacional: minería, logística portuaria, comercio internacional y servicios asociados. Sin embargo, persisten brechas significativas en capital humano especializado, sobre todo en áreas técnicas que demandan competencias específicas y capacidad de adaptación a contextos cambiantes.
Un aspecto fundamental es la articulación entre los liceos técnico–profesionales y las instituciones de educación superior. Esta vinculación permite que estudiantes de enseñanza media encuentren continuidad de estudios sin romper su trayectoria formativa. En zonas apartadas como el Tamarugal, o en comunas de rápido crecimiento como Alto Hospicio, este puente entre secundaria y superior es clave para evitar la deserción y asegurar que el talento local no quede marginado.
La alternancia entre aula y mundo laboral, ofreciendo a los y las estudiantes la posibilidad de aprender en terreno, en empresas, servicios públicos y organizaciones comunitarias. Esa experiencia práctica les entrega no solo habilidades técnicas, sino también un sentido de responsabilidad y pertenencia con la región. Es un aprendizaje que conecta el conocimiento con los desafíos reales del territorio.
La invitación es a que el Estado, las instituciones formativas y el sector productivo fortalezcan una alianza sostenida. El futuro de Tarapacá requiere técnicos y profesionales capaces de innovar, resolver problemas y generar valor en sus comunidades. Reconocer la Educación Técnico Profesional como un motor de desarrollo regional es, en definitiva, apostar por un crecimiento más equitativo, inclusivo y sostenible.