Voluntariados: liderazgo y trabajo en equipo
El trabajo en equipo y los valores arraigados que conllevan este acto, son cada vez más valorados por las organizaciones. El contar con experiencias en trabajos voluntarios durante el transcurso de la educación superior, entregará un sello diferenciador a dichos estudiantes. Quienes se convertirán en las y los futuros líderes que aportarán en los diálogos regionales y que, con su integridad, ética y orientación valórica, serán quienes entreguen grandes aportes orientados a la construcción de nuevas políticas públicas y gobernanzas territoriales para nuestra región.
Estas prácticas impulsan la socialización, liderazgo y el accionar en equipo, fortaleciendo competencias y herramientas de las denominadas soft skills, – habilidades blandas- que para mi juicio deberían llamarse habilidades esenciales. Puesto que al hablar de inteligencia emocional, gestión del cambio o el pensamiento crítico, pese a su carácter intangible, son muy valoradas por las empresas en la actualidad.
Hoy los jóvenes toman alternativas extracurriculares para vincularse con las comunidades, puesto que poseen un gran sentido de compromiso social. Lo que los impulsa a participar en las convocatorias de trabajos voluntarios, que en mi opinión es algo extraordinario, porque acuden al llamado solidario, incluso durante sus espacios de vacaciones y tiempos libres, con el fin de brindar ayuda a los más necesitados.
Si volvemos a lo laboral, una de las mayores valoraciones para los reclutadores, tiene que ver con la ética, la empatía y la solidaridad. Es por esto que desde la visión formativa, debemos preocuparnos por impulsar dichos valores en nuestras instituciones y hacer un llamado a los jóvenes, a escoger sabiamente su próxima casa estudiantil. Pensando principalmente, en el tipo de persona y profesional en el que se quieren convertir a futuro.
Este es el desafío hoy, la formación de personas que cuenten con las competencias necesarias para transformar sus vidas e impactar positivamente a su entorno.