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Educación Técnica Profesional como factor clave para apoyar el crecimiento del paísVicerrector Académico IP-CFT Santo Tomás:
“El Estado debe orientarse a establecer una política de formación técnica”
Juan Carlos Erdozáin dijo que la clave para la correcta inserción laboral de los estudiantes de estos establecimientos en el trabajo es la pertinencia de las carreras.
Para el vicerrector académico del Instituto Profesional y Centro de Formación Técnica Santo Tomás, Juan Carlos Erdozáin, existe consenso en que la educación técnica profesional en nuestro país tradicionalmente, y durante décadas, era considerada parte de la educación primaria (Paulina Dittborn, 2007:18). “Así, las primeras instituciones de formación técnica, fueron en rigor, formación para los oficios. Hoy se imparte mayoritariamente en la enseñanza secundaria (enseñanza media técnico profesional) y, cada vez más, con un desarrollo y crecimiento explosivo en los últimos quince años, en la superior”.
El vicerrector enfatizó que este fenómeno se ha producido a partir de la formalización de este tipo de preparación en los 80 “momento en el que se promulgan los cuerpos legales que configuran los institutos profesionales y los centros de formación técnica, generando una definición más precisa de la institucionalidad de la educación superior. Pese a lo anterior, no es sino hasta fines del 2000, cuando se forma una comisión especial en el Ministerio de Educación para analizar las problemáticas asociadas a la formación técnico profesional, producto de lo cual se elaboró el documento: Bases para una Política de Formación Técnica”, expresó.
…la clave para la correcta inserción laboral de los estudiantes de establecimientos técnico profesionales en el mundo laboral es la pertinencia de las carreras…
En relación a las ventajas de contar con este tipo de establecimientos educacionales, Erdozáin dijo que más que referirse a estos, era necesario en este punto mencionar dos elementos fundamentales en torno a los cuales gravita una parte de nuestro desarrollo productivo y social. “Por una parte, la manera en la que la formación técnico profesional da cuenta de su pertinencia y se ajusta a las necesidades que tienen los sectores productivos y de empleo; y por otra, el grado de adecuación de la misma a las nuevas demandas por competencias de empleabilidad y la creciente tendencia a la desarticulación de las trayectorias laborales, transformándose éstas en itinerarios de múltiples entradas y salidas a lo largo de la vida. En este contexto, la formación técnico profesional por sus características, puede responder plenamente a dichas necesidades”, destacó.
Respecto al rol del Estado en esta materia, Juan Carlos Erdozáin respondió que en Chile el marco normativo que orienta la institucionalidad para el desarrollo del capital humano viene dado por la normativa educacional (Ley 20.370), la cual organiza el sistema educacional, el sistema nacional de competencias laborales (Ley 20.267) y el Estatuto de Capacitación y Empleo (Ley 19.518).
Por tanto, el académico aseveró que “el rol del Estado debe orientarse fundamentalmente al establecimiento de las bases para una política de formación técnica, ya mencionada, al apoyo al acceso, equidad e incremento de la cobertura en todos sus niveles, la generación de condiciones de articulación entre los diferentes niveles del sistema de educación superior y su vinculación tanto con la formación media técnico profesional como con la educación permanente, la garantía del cumplimiento de aquellas condiciones y estándares de calidad que den cuenta de las características de las diferentes instituciones y la mejora de los procesos de información del sistema”.
Requerido por los aspectos que son más relevantes para asegurar un modelo de calidad exitoso, Erdozáin expresó que fundamentalmente son tres: la formación integral del alumno, la pertinencia de la formación, y la orientación a los resultados del proceso formativo, vinculados fundamentalmente a las tasas de egreso y titulación, retención y empleabilidad.
Asimismo, el vicerrector académico del IP-CFT Santo Tomás afirmó que la clave para la correcta inserción laboral de los estudiantes de establecimientos técnico profesionales en el mundo laboral es la pertinencia de las carreras, definida a partir tanto de la formación integral del alumno como de la vinculación a las necesidades de la industria en los diferentes sectores de referencia.
Sobre la articulación entre la enseñanza técnico profesional y la formación técnico profesional de nivel superior, dijo que pese a los esfuerzos efectuados tanto desde el sector público para la definición de los perfiles de enseñanza media técnico profesional como de los institutos y centros de formación técnica para garantizar perfiles de egreso y carreras pertinentes, “los vínculos entre ambos niveles vienen dados, no necesariamente por la institucionalidad, la convergencia entre perfiles de egreso e ingreso entre ambos niveles y la articulación señalada anteriormente, sino por la voluntad y oportunidad entre los establecimientos de educación, los cuales, todavía hoy, la desarrollan a través del cotejo de asignaturas, no constituyendo éste un mecanismo objetivo y expedito para dar respuesta a las necesidades de continuidad de estudios”.
¿La formación técnico profesional contribuye realmente al crecimiento del país?
Efectivamente contribuye en la medida en que permita acortar la brecha entre los sistemas de formación y las necesidades de la industria, así como una mejor inserción de los jóvenes al trabajo. Existen algunas iniciativas orientadas a la coordinación intersectorial. Así, en torno a Chile Valora, se han reunido organismos sectoriales, con la presencia tripartita del Estado, empresarios y trabajadores, levantando perfiles de desempeño laboral. Otra iniciativa ha sido la del Consejo Minero con el apoyo de Fundación Chile, levantando perfiles laborales y diseñando el marco de cualificaciones para la minería”.