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Ximena Dávila: “Somos seres amorosos, el dejar aparecer implica todo un sello y toda una identidad que tiene que ver con humanizarnos”
Comprender cómo la sociedad puede rehumanizarse y de qué manera se pueden volver a rescatar valores que ha perdido el ser frente al dolor humano fueron parte de las reflexiones que realizó la reconocida epistemóloga chilena, Ximena Dávila durante el seminario “Nuestro sello en salud: Amar, dejar aparecer”, encuentro organizado por la Universidad Santo Tomás sede Concepción en conjunto con la Escuela Matríztica de Santiago.
Con una exitosa convocatoria y bajo el lema “Nuestro Sello en Salud: Amar, dejar aparecer”, se llevó a cabo el evento virtual que busca reflexionar en torno al sello institucional que entrega la Universidad Santo Tomás a su comunidad educativa a nivel nacional, y en especifico a las Escuelas de Salud.
El seminario comenzó con las palabras del rector de Santo Tomás, Región del Biobío, Roger Sepúlveda Carrasco; y la bienvenida de la directora Nacional de Formación e Identidad, María Esther Gómez de Pedro, quien centró su saludo en la importancia que tiene el compartir la riqueza personal de ayudar a otros y cómo desde el caminar en el pensamiento de Tomás de Aquino, la institución busca reafirmar su compromiso de formar personas integrales con ética y valores capaces de entender al otro como ser.
El encuentro reunió cerca de 300 asistentes, en su gran mayoría estudiantes, docentes, pero también comunidad externa, quienes desde distintas ciudades del país agradecieron el espacio y la interacción con la reconocida y epistemóloga chilena, Ximena Dávila y orientadora de relaciones familiares y co-fundadora de la Escuela Matríztica de Santiago, la cual se ha desempeñado como guía-docente de los distintos cursos que ha realizado junto a uno de los referentes intelectuales más destacados del país, el biólogo y filósofo, Humberto Maturana, quien falleció a los 92 años de edad.
“El dejar aparecer implica todo un sello y toda una identidad que tiene que ver con humanizarnos y con este despliegue con otros. Somos con otros y eso es maravilloso, la pandemia nos ha enseñado que nos necesitamos unos con otros que somos seres sociables, seres constitutivamente amorosos, nacemos en la confianza dada la estrechura de ser amados, queridos y no ser traicionados”, expresó Ximena Dávila en el encuentro.
Para abrir las puertas del diálogo a esta dimensión biológica y cultural que plantea Dávila, se analizó de forma detallada lo que implican estos conceptos en el actuar y el qué hacer frente al dolor humano, la manera en cómo se hace lo que se hace, el por qué es importante el ser y aprender a escuchar si se quieren cultivar relaciones sanas con el entorno. Así como también, cómo la sociedad actual puede re humanizarse y mirarse a sí misma para poder cuidar de otros no solo en el área de la salud sino en todo tipo de contextos.
¿A qué le llamaríamos ser un humano bueno, pensando que estamos haciendo las cosas bien, pero para ojos de otros no es así? Fue una de las interrogantes que se planteó durante la jornada online, a lo que la epistemóloga respondió que “el ser bueno es una mirada desde el observador del qué bueno fue tu comportamiento, que bonito lo que hiciste, este es un resultar no es a priori a ser bueno con la bondad como una imposición de que tengo que ser bueno. Pero el que yo escuche al otro, el que me conecte con sus ojos, el que me conecte con su sentir y sus emociones, el que yo escuche porque las personas quieren conversar quieren que los escuchen, sentirse vistos, el ver es amar. El sentirse escuchados es amar también, eso es dejar aparecer. Por lo tanto, no poner la bondad antes porque si no no es espontaneo, es intencional, no importa que otros digan que buena soy, importa lo que pasa en la relación con la otra persona cuando te da las gracias por la conversación y que se liberó, esas gracias que da por haber sido escuchado, este es el camino a la sanación”.
A esto, agregó que, si bien la cultura actual es del no tiempo, de pantallas y actividades por hacer, es importante para la sociedad darse el tiempo de reflexionar, de cuestionarse frente a situaciones que requieren la comprensión de la realidad, la empatía con el otro y la transformación como seres humanos a ser cada vez más comprensivos sobre el dolor.
“Uno escucha desde su historia, desde su presente y este es un hecho biológico. Generalmente operamos como observadores y hacemos distinciones en nuestro vivir, pero cómo nos duele la vida. Como profesionales que vamos a tratar a otras personas dolientes tengo como responsabilidad fundamental sanar nuestros propios dolores, vacíos o abandonos, porque no puedo dejar aparecer a otros sino me aparezco a mí mismo. Aquí hay un ser siendo en continua transformación”, explicó la experta en Biología Cultura, Ximena Dávila.
En tanto, la Directora Nacional del Área Salud de Universidad Santo Tomás, Gisela Alarcón valoró el espacio para cerrar el encuentro agradeciendo a todos los presentes y en especial a Ximena, por compartir distintas miradas y reflexiones a la comunidad en torno al ser y sus implicancias en cuanto al dolor y su diario vivir.
“Tenemos que aprender a soltar nuestros juicios para poder hacer aparecer al otro y en salud esto es fundamental, el cómo hacemos las cosas el sentido que le damos. Claramente hemos ido perdiendo nuestra capacidad de asombro, hemos ido normalizando situaciones que no deben ocurrir. Como facultad procuramos promover el pensamiento crítico, la equidad y la igual en salud para lograr avanzar en la construcción social”.