Noticia anterior
Santo Tomás realiza Seminario con el Instituto Superior Internacional de Turismo de TángerCongreso Católicos y Vida Pública reflexiona sobre la esperanza en Cristo en tiempos de pandemia
En dos jornadas desarrolladas en modalidad a distancia, la comunidad Santo Tomás e invitados externos compartieron sus reflexiones y experiencias sobre cómo la crisis sanitaria permitió poner en el centro lo más valioso de las personas: la fe y esperanza en un futuro mejor, de la mano de Cristo y confiados en su gracia.
El pasado 1 y 2 de septiembre, Santo Tomás efectuó la decimoséptima versión del Congreso Católicos y Vida Pública, que este año tuvo como lema “La esperanza en Cristo, en y tras la pandemia”, con el objetivo de reflexionar sobre cómo la crisis sanitaria permitió acercarnos al evangelio buscando respuestas a las incertezas que por más de 18 meses han vivido las personas en Chile y el mundo como consecuencia de la propagación del virus Covid-19.
Ambas jornadas fueron inauguradas por los Rectores Nacionales de la Universidad, María Olivia Recart, y del Instituto Profesional (IP) y Centro de Formación Técnica (CFT) Santo Tomás, Juan Pablo Guzmán. Mientras la Rectora Recart arguyó que el congreso “tiene un valor profundo” para “hacernos preguntas y pensar qué queremos hacer en el futuro”, enfatizando que también “como institución debemos analizar qué hemos aprendido en esta etapa y cómo queremos servir a los demás”, el Rector Guzmán precisó que “en momentos en que se flexibilizan las medidas sanitarias es propicio reflexionar sobre lo sucedido, pensar en qué estamos poniendo nuestra esperanza. Lo esencial de lo aprendido es recuperar la esperanza y transmitírsela al resto”, sostuvo.
Por su parte, el Nuncio Apostólico de Su Santidad el Papa Francisco, Monseñor Alberto Ortega, leyó una carta del Papa Francisco para los participantes en el Congreso y entregó su bendición, realizando una sólida reflexión: “si hay algo que caracteriza este período difícil de la pandemia es un sentimiento de incertidumbre, incluso de miedo. En ese contexto, es una misión fundamental de los católicos en la vida pública el ofrecer una verdadera esperanza, que ayude a vivir bien. Es misión de ustedes fomentar una mirada que supere las dificultades actuales. El amor a Cristo es la base para superar cualquier desafío”, dijo.
En tanto, la Directora Nacional de Formación e Identidad de Santo Tomás, Esther Gómez, quien también es Directora Ejecutiva de los Congresos Católicos y Vida Pública, manifestó que “la fe es algo para que impregne nuestra vida completa. Y ahí la esperanza tiene un rol crucial. Este año quisimos abordar este tema porque salió de manera natural la necesidad de reavivar la esperanza. No podíamos quedarnos sólo con la pandemia. Como dice Tomás de Aquino, el fin último de nuestra vida es la unión con Dios, porque de la unión con Dios voy a salir comprometida con el amor a los demás”.
Situación de Cuba
Uno de los momentos centrales del Congreso Católicos y Vida Pública tuvo relación con la compleja situación que vive Cuba, país no sólo golpeado por la crisis sanitaria, sino que también por la situación política y social que ha afectado drásticamente las condiciones de vida de las personas.
Fue precisamente el tema analizado por el Padre Rolando Montes de Oca, quien ofreció un sincero testimonio de la situación actual de Cuba y cómo la Iglesia Católica ha venido a saciar la sed de esperanza de una nación en constante sufrimiento. “Ese pueblo que sufre recibe la ayuda de la iglesia. La iglesia es muy creativa para tender una mano a la gente de Cuba. Los religiosos han organizado canales de ayuda para facilitar la solidaridad donde el colapso sanitario es más evidente”, expresó.
Minutos más tarde, Magdalena Lira, directora nacional de Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN-Chile), estableció un diálogo con el brasileño Rafael D’Aqui, encargado internacional de Proyectos Cuba de Ayuda a la Iglesia que Sufre, quien ahondó en la realidad actual de esa nación.
“Cuba está pasando por mucha dificultad. La crisis económica les toca muy fuerte. Aumentaron los costos de la electricidad, aumentó el costo de insumos básicos. Muchas cosas se suman a la pandemia y hace las cosas muy difíciles. Sin embargo, se activó un proyecto de respuesta a la pandemia para llegar a la gente, para que la iglesia pueda seguir haciendo su labor, que es proteger a la gente. La iglesia no deja a la gente. Hay que ayudar a los hermanos para que se queden firme en la fe. La esperanza que tenemos nos lleva a hacer una apuesta por no polarizar y ser propositivos, encontrar soluciones, dar soluciones: esa es la ida de la iglesia en Cuba”, enfatizó.
Mesas redondas
Es preciso consignar que ambas jornadas contemplaron mesas redondas donde se analizaron diversas temáticas. La primera tuvo como tema central “La esperanza en la primera línea de la salud, ¿actual?” y tuvo como ponentes a Patricia Olivares, médico del Hospital Sótero del Río; Padre Juan Ignacio Schramm, representante de la Pastoral Hospitalaria de la Vicaría de la Misericordia; Manuel Olmos, rector de Santo Tomás sede Rancagua; y Bianka Miranda, egresada de nuestra institución, todo moderado por Ángela Vergara, directora de Comunicaciones de Santo Tomás Los Ángeles.
La segunda mesa redonda llevó por nombre “siempre es tiempo de esperanza”, cuyos participantes fueron Francisco Idalsoaga, médico y fundador de Salud Calle; Lina Arrieta, dirigente gremial de Copiapó; Claudia Gutiérrez, psicóloga clínica y voluntaria del Proyecto Esperanza, mientras Virginia Latorre, de Voces Católicas, ofició como moderadora.
Recogió, además, las principales conclusiones de lo trabajado en los Encuentros Zonales sobre el mismo tema desarrollados la semana anterior. Tres rectores de sede, Rodrigo Rojas (Copiapó), Ricardo Lagos (Santiago Centro) y Roger Sepúlveda (Concepción y Los Ángeles), alimentaron la esperanza que como país y como institución fue el compromiso de lo reflexionado y vivido.