Diseñar con pantuflas
Nadie ha dicho que la vida previa a la pandemia fuese fácil y sin complicaciones, pero desde el primer caso detectado en Chile, todos nos hemos visto afectados en algún grado por esta emergencia sanitaria.
Si bien como diseñadores gráficos la pandemia no nos pegó tan fuerte, pues desde mucho antes de la llegada de la pandemia hemos desarrollado la habilidad nómada de adaptarnos y trabajar en cualquier lugar mientras haya conexión a internet, esto no quiere decir que no sintiésemos el temor e incertidumbre de vivir esta situación.
En este sentido, hay una frase de Albert Einstein que contextualiza perfectamente la situación: “Entre las dificultades se esconde la oportunidad”. Y así fue, ya que los meses posteriores a la pandemia, mucha gente comenzó a ingeniárselas, habilitando un espacio de trabajo en su casa y utilizando plataformas digitales para vender productos y apoyo a emprendimientos locales.
Resultado de lo anterior, es lo indicado en un artículo publicado por el sito eleconomistaamerica.cl, que da cuenta de un importante crecimiento en nuevas empresas durante el 2020. Esta publicación, destaca que, “en plena pandemia, Chile ha batido nuevamente el récord de creación de sociedades y nuevas empresas: 158.586 en 2020, un 14,4% más que en 2019. Es la cifra más elevada desde que se tiene registro, a contar de 2013”.
Pareciera ser que dentro de este complejo acontecimiento mundial, llegó el anhelado momento de mostrar y poner en valor la labor que realizamos como diseñadores gráficos. Es así, que desde nuestra trinchera, y sin importar desde qué lugar se trabajara, tuvimos la misión de comunicar y dar vida a miles de nuevos emprendimientos y productos que necesitaban ayuda gráfica para insertarse de manera atractiva, y a su vez confiable, entre sus potenciales clientes.
Por su parte, las redes sociales, plataformas de videoconferencias, entre otras herramientas digitales, han tenido un rol muy importante durante esta pandemia, pues han sido herramientas esenciales al alcance de todos para mantenernos comunicados y, a su vez, lograr generar ingresos.
Y es así, como por primera vez sentí como profesional del área, que nuestro rol tenía su lugar dentro de la sociedad y que la gente entendía su poder. Todo esto, se logró desde nuestra casa, en una pieza habilitada como oficina y con pantuflas.