Coronavirus, un reto de salud nacional
Dentro de los últimos meses, nos hemos enfrentado a un virus que se ha propagado rápidamente a nivel mundial elevando los índices de morbimortalidad y que ha sido llamado por la Organización mundial de la salud COVID – 19. Debido al alto impacto que ha generado, los medios de comunicación y redes sociales nos han entregado diferente información, pero ¿qué sabemos realmente de él?
Los coronavirus (CoV) corresponden a una familia de virus capaces de causar desde un resfrío común a patologías respiratorias severas como la neumonía. Desde el año 2000 a nivel mundial, nos hemos enfrentado a otras cepas, como son el MERS – Cov, causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio y el SRAS – Cov causante del síndrome respiratorio agudo severo, los que presentaban una mortalidad de un 17% a un 30%.
Los primeros casos de COVID – 19 fueron reportados en la ciudad de Wuhan, China, donde, debido a la gran cantidad de contagios, logró colapsar los sistemas sanitarios, generando una alta tasa de mortalidad en grupos más vulnerables de la población, como personas mayores de 65 años, enfermos crónicos e inmunodeprimidos; sin embargo, la mortalidad de dicho virus actualmente es de un 3% según datos entregados por la OMS.
Este virus se transmite de persona a persona, sobre todo en aquellos que no han utilizado medidas de protección y que han estado a menos de un metro de contacto de alguien infectado, debido a la expulsión de gotitas al hablar, toser y estornudar, las que pueden contaminar no sólo el aire, sino también artefactos tales como el celular, pasamanos de escaleras o transporte público, entre otros.
En Chile, nos encontramos en fase 4 de la epidemia, lo que corresponde a que la enfermedad se produce sin que sea posible trazar el contacto que produjo el contagio porque el virus ya se encuentra circulando libremente. Es por esto que, para evitar la propagación del virus, son importantes las medidas de prevención de trasmisión y contagio, tales como:
Lavarse las manos con agua y jabón o desinfectárselas con soluciones a base de alcohol (alcohol gel) en forma frecuente, sobre todo al tener contacto con objetos, elementos o superficies de uso público como es el caso de pasamos, dinero, manillas de puertas etc. además de aislamiento social, lo que corresponde a evitar al máximo salir de su casa, a menos que sea imprescindible. Mantener distancia de al menos 2 metros con otras personas; taparse la boca al toser o estornudar con la cara interna del codo o con un pañuelo de papel y eliminarlo inmediatamente en la basura y evitar el contacto con cualquier persona que presente síntomas gripales o de resfrío (fiebre, tos y dificultad respiratoria), especialmente si se encuentra dentro de los grupos de riesgo.
El uso de mascarillas está recomendado solo para el personal de salud y trabajadores que mantienen contacto continuo con personas, para lo cual se requiere una capacitación para el uso correcto de este elemento.
El Ministerio de Salud ha declarado emergencia sanitaria para desplegar anticipadamente los recursos sanitarios en función de disminuir las consecuencias del contagio por COVID – 19, por lo cual se ha adelantado la campaña de vacunación contra la influenza, para así evitar infecciones concomitantes y que se potencien los cuadros respiratorios en la población en riesgo, tales como embarazadas, enfermos crónicos, niños hasta los 10 años y adultos mayores de 65 años.
Cabe destacar que, si bien la vacunación corresponde a una medida preventiva, se recomienda evitar las aglomeraciones en los puntos habilitados para esta medida.
Finalmente es importante mantenerse informado por canales oficiales, ya que la desinformación ha generado una sobre reacción de la población, lo que aumenta la mortalidad al colapsar y desabastecer los sistemas sanitarios, junto con los insumos de farmacias y elementos básicos para aquellos que más lo requieren.
Pensar y actuar en comunidad es esencial, protegiendo a los grupos vulnerables y acudir a los servicios de salud cuando sea estrictamente necesario. Evitar contagiarse y contagiar es clave, pero lo anterior requiere comprender que el control de la propagación del COVID – 19 no es solo responsabilidad de los sistemas sanitarios, sino de la comunidad en general.