¿Cómo afrontar el ingreso a la educación pre-escolar?

Sin lugar a dudas el ingreso al jardín infantil o a la escuela de lenguaje en educación pre-escolar, es un momento de gran importancia, no solo para los niñas y niñas, sino que para toda la familia. Es el inicio del proceso educativo que le permitirá desarrollarse integralmente, desarrollando habilidades sociales, cognitivas y emocionales, por esto, debe ser esperado por la familia y preparado como un gran paso.

Esta preparación se encuentra relacionada directamente con poder establecer rutinas que le permitan al niño adaptarse exitosamente a la experiencia que vivirá. Entre las rutinas que se deben establecer se encuentran aquellas relacionadas con la hora de dormir, la alimentación y la higiene.

Sueño reparador para niños y niñas

Es necesario que niños y niñas logren tener un sueño reparador, para que puedan crecer sanos y desarrollarse cognitivamente, para ello deben dormir al menos 8 horas. Procure crear rutinas que le indiquen al niño que ya es hora de dormir, por ejemplo, bañándolo con agua tibia y bajando la intensidad de iluminación en su habitación, cerrando las cortinas y usando una luces tenues. Esto le indicará que ya es hora de dormir. (Sea paciente, ya que las rutinas toman tiempo para se establezcan, por lo que debe procurar ser constante). El resto de la familia también debe colaborar en este proceso, bajando la cantidad de ruido que se genera en la casa.

Así como es importante la hora de dormir, también debe serlo la hora de despertar. Debe crearse el hábito de despertarse, de manera tranquila y con el tiempo necesario, que le permita despertar, tomar su desayuno, y toda la rutina de higiene con calma. Así mismo el trayecto a la escuela debe ser tranquilo, recuerde que usted es quién modela y regula emocionalmente al niño.

Proceso de adaptación

Amanda Céspedes en su libro Educar las emociones, educar para la vida (2009), nos habla del proceso emocional que viven los niños, y en particular en la etapa a la que nos referimos; los niños y niñas logran autorregularse emocionalmente, sin embargo, necesita del uso de objetos transicionales, conocidos como tutos. Por esta razón, se le debe permitir a los niños llevar al jardín un objeto que le sea familiar y querido, que le permita refugiarse y regularse emocionalmente.

Así mismo debe contar con un tiempo de adaptación a los espacios nuevos y a las personas que no conoce, es por ello, que la escuela debe brindar espacios emocionalmente seguros, que le permitan al niño explorar y desarrollar la imaginación, permitiendo a los padres acompañarlos en esta transición al interior de la sala de clases y en el que las educadoras y asistentes de la educación puedan vincularse afectivamente con él, de manera que se sienta en un espacio seguro, protegido y querido.

También es importante que una vez que el niño quede solo en el colegio, quien vaya a buscarlo, esté esperándolo a la salida y lo reciba afectuosamente, le pregunte cómo lo pasó, qué hizo y como se sintió, de manera que no se sienta acogido y querido.

En definitiva, es necesario asumir que no solo la niña o el niño es quien irá al jardín, más bien, toda la familia debe adaptarse y colaborar en el proceso previo al ingreso, así como en acompañarlos en el periodo inicial en el que vive la transición de estar lejos de su familia. Apóyenlo y demuéstrenle su afecto. Háganle sentir la importancia de la etapa que vive, pregúntele a diario con quién jugó, qué descubrió y qué vivió en su jardín o escuela. De esa manera se sentirá feliz de ir a descubrir cosas nuevas y jugar con sus compañeros.