La importancia de la educación superior para las personas
En el mes de junio se inició el proceso de inscripción para la Prueba de Selección Universitaria (PSU) año 2019, y el cual se extenderá hasta el 02 de agosto. Esta etapa de inscripciones nos debe llamar a realizar una reflexión, especialmente a quienes trabajamos en educación superior, respecto al rol que tenemos dentro del desarrollo de la sociedad del conocimiento.
Un primer antecedente que debemos considerar es que en 2018 fueron 294.176 las personas que rindieron la Prueba de Selección Universitaria (PSU). De este total de inscritos el 28 por ciento corresponde a promociones de años anteriores, lo cual nos indica que el ingreso a la universidad no está necesariamente asociado a la salida de cuarto medio.
Otro dato relevante es que este año 2019, en educación superior se matriculó 1.180.181 estudiantes, de los cuales un 56,7% son universitarios; 31,9% de Institutos Profesionales; y 11,3 por ciento corresponde a Centros de Formación Técnica. Si bien el porcentaje de matrícula en universidad es alto, debemos señalar que éste en 2005 bordeaba el 70%, según cifras entregadas por el Consejo Nacional de Educación, y que dan cuenta de la importancia que está tomando la educación técnica y profesional en nuestro país.
A todas esta cifras, debemos agregar que en las últimas décadas nuestro país ha vivido un masificación de la educación superior, ya en el año 2009, la participación de los quintiles más pobres de la población había aumentado su presencia en educación en más de tres veces, pasando de una representación de un 3,7% a un 16,9% en el primer quintil de ingresos; y de un 6,6% a un 21,4% en el segundo. En el año 2013, siete de cada 10 estudiantes ya había superado el nivel educacional de sus padres.
En dicho contexto, y en un artículo publicado por el CIDE de la Universidad Alberto Hurtado, se explica, a partir de un estudio efectuado en 69 colegios de la Región Metropolitana, que en la actualidad nuestros jóvenes depositan gran parte de sus expectativas futuras en la educación superior. Dicha investigación señala, que solo un 8% de los consultados estaría dispuesto a entrar al mundo laboral después de terminar cuarto medio.
De esta forma, podemos observar que la educación superior está directamente vinculada con las aspiraciones de los futuros estudiantes, y de manera especial en estratos más vulnerables. Además, la educación superior se ha dejado de concebir solo para los jóvenes, y se ha transformado en un elemento central de superación, sin distinción de edad o género.