Noticia anterior
Seminario abordó la integración sensorial para estudiantes con Necesidades Educativas EspecialesComunidad tomasina de Ovalle amplió sus conocimientos sobre seguridad vial
Gracias a iniciativa de la Mutual de seguridad estudiantes, docentes y colaboradores pudieron experimentar los riesgos de conducir y transitar bajo los efectos del alcohol.
Con el objetivo de generar conciencia ante accidentes de tránsito y la conducción en estado de ebriedad, la Mutual de Seguridad inició una gira con su Centro de Cultura de Seguridad Vial, haciendo una parada en el IP-CFT Santo Tomás sede Ovalle, con el propósito de que estudiantes, docentes, colaboradores y la comunidad en general sean agentes activos en la prevención de accidentes.
La comunidad tomasina pudo aprender sobre seguridad vial y experimentar los efectos que produce el alcohol en los peatones y en los conductores de vehículos, utilizando de manera gratuita los simuladores de conducción segura, que con tecnologías de realidad virtual, ubican a los usuarios en diferentes situaciones, indicando los errores comunes que muchas veces de manera inconsciente, se cometen al volante, como peatón o ciclista.
Además, con el fin de contribuir en la reducción del número de accidentes y promover el respeto y convivencia en los espacios públicos, las personas pudieron utilizar lentes de simulación de alcohol y drogas, que son máscaras virtuales que imitan una visión bajo sus efectos, realzando el peligro que significa conducir en ese estado.
Camila Pizarro, estudiante de segundo año de la carrera Técnico en Enfermería, quién uso los simuladores, se refirió a la importancia de tomar conciencia como peatones al momento de transitar bajo los efectos del alcohol. “A veces igual hay peatones que andan súper ebrios y que si se salen del camino los atropellan, así que igual hay que tomar conciencia. Encuentro súper bien que la institución haga esto, aunque siempre hay alumnos que no quieren participar, así que lo deberían fomentar más.”
La actividad fue evaluada positivamente desde el establecimiento de educación superior ya que incluso personas que transitaban por el frontis del edificio hicieron uso de los simuladores y vivieron la experiencia, como si estuvieran conduciendo un auto de verdad, de manejar bajo los efectos del alcohol y las drogas.