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Con interesantes conclusiones culminó seminario sobre Fe y Ciencia
Expertos nacionales e internacionales participaron en este encuentro que surgió del interés que tiene la red mundial de universidades ICUSTA, de implementar en los estudios de pregrado las relaciones existentes entre ambos pensamientos.
La Universidad Santo Tomás realizó el pasado 5 y 6 de mayo, el Seminario Fe y Ciencia, que reunió a destacados expositores nacionales e internacionales.
El encuentro se efectuó en el marco del interés de la red mundial de universidades inspiradas en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, ICUSTA, por reflexionar sobre cómo implementar en los estudios de pregrado una consideración de las relaciones existentes entre ambos pensamientos.
Durante la inauguración, el Rector Nacional de la UST, Jaime Vatter, destacó el orgullo que significa para esta casa de estudios “poder colaborar con esta tarea de buscar la forma de introducir en las aulas la discusión de las relaciones entre fe y ciencia”, debate que se está dando en diferentes partes del mundo.
En tanto, Carlos Casanova, coordinador del seminario y docente del Centro de Estudios Tomistas de la UST, enfatizó en lo urgente de discutir sobre la visión positivista dominante en la universidad contemporánea, según la cual hay una oposición radical entre ciencia y religión.
“La Iglesia ha aclarado desde el año 1917, a más tardar, que Dios es el Creador de cielo y tierra, pero que pudo haberse servido de muchas causalidades segundas o creadas diferentes. La fe no excluye la teoría de la evolución, siempre que esta se formule dentro de su campo propio, el de la paleontología, y no pretenda invadir el campo de la teología”, explicó.
Expertos y su relación con la Fe y la Ciencia
El encuentro contó con la participación de filósofos y científicos quienes desde su distinta experiencia y formación se y discutieron cómo se relacionan ambos pensamientos.
La primera jornada comenzó con la exposición del investigador Philippe Quentin, académico del Centro de Estudios Nucleares de Bordeaux Gradignan. En su presentación, expuso sobre las ciencias naturales como una oportunidad, más bien que un obstáculo, para la fe cristiana.
Según comentó, la raíz de esta supuesta confrontación es una “actitud filosófica de considerar a la ciencia como la única verdad”. Sin embargo, explica, los científicos no tienen todas las respuestas y su tarea es “hacer conjeturas” para avanzar hacia lo desconocido y, en este sentido, “la ciencia es un pasaje genuino hacia Dios”.
El siguiente expositor Rafael Vicuña, Miembro del Consejo Pontificio de la Cultura, se refirió a la confusión epistemológica como principal causa del supuesto conflicto entre ciencia y religión.
A su juicio, la ciencia es una invitación a tratar de ir más allá, pero no con el método científico, sino con “reflexión filosófica” para acercarse al “sentido” que tienen los procesos naturales y a su trascendencia. Los científicos necesitan una formación epistemológica adecuada para no extrapolar indebidamente sus conclusiones.
La primera jornada de exposiciones finalizó con la ponencia del doctor y profesor de Biología, Don Frohlich, académico de la Universidad Santo Tomas de Houston; quien se refirió a neodarwinismo y su compatibilidad con el pensamiento católico.
Y afirmó que la discusión también tiene que ver con la educación y destacó las iniciativas que se están llevando a cabo en EE.UU. y en otros lugares del mundo en la educación de pregrado, para introducir una adecuada consideración de las relaciones entre Fe y Ciencia; y para formular currículos generales.
William Carroll, académico de la Facultad de Teología de la Universidad de Oxford, uno de los grandes defensores católicos de la evolución, abrió la segunda jornada del seminario y enfatizó en lo importante de reconocer que no hay ciencia sin presupuestos filosóficos.“Este es el inicio para ayudar a que los científicos vean que necesitan una mayor visión filosófica”.
El encuentro culminó con las ponencias de Alejandro Serani, miembro de la Academia Pontificia por la Vida, fundador del Centro de Bioética UC, y Carlos Casanova, de la UST quien presentó la historia del surgimiento de la ciencia en Grecia y de su cultivo y desarrollo en Occidente, con el fin de mostrar que es falso que haya una necesaria enemistad entre la religión o la Iglesia, por una parte, y la ciencia, por otra.
“Por ejemplo los Franciscanos prestaron un gran servicio a la ciencia al defender la omnipotencia divina ante el dogma averroísta de la unicidad del mundo».
Conclusiones seminario Fe y Ciencia
Finalizada la jornada, su organizador, Carlos Casanova, comentó que ésta fue muy enriquecedora. Luego del debate y las mesas de trabajo se pudo concluir que la estructura inteligible del mundo, tal como se presenta a la mente del científico, requiere de una Mente legisladora, de Dios. Y que los científicos necesitan una formación epistemológica adecuada para no extrapolar indebidamente sus conclusiones.
“La crítica a la creación que han hecho Hawking y otros ignoran que el concepto teológico de creación no implica que el tiempo sea finito ni que Dios haya usado como una suerte de ‘material’ para su acción, la nada. Cuando se dice que Dios crea de la nada, no se está hablando de la condición de la materia antes del Big Bang. Se está diciendo, en cambio, que Dios causa el ser sin usar materia alguna. No se trata de un cambio natural hecho sin materia, porque ya los griegos percibieron que esto es imposible. La creación no es un cambio natural”, explicó Casanova.
Los académicos chilenos Alejandro Serani, fundador del Centro de Bioética UC y su actual Director de Investigación, y Carlos Casanova, de la UST, se comprometieron a realizar una propuesta de dos cursos de epistemología que permita a los estudiantes de ciencias de la UST y de la PUC, conocer mejor las relaciones entre Fe y Ciencia.
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