Este es el cuarto y último voluntariado de Romanet Jara Maldonado, estudiante de cuarto año de Tecnología Médica de la UST Temuco, quien en su segundo año de universidad decidió ayudar a las comunidades más vulnerables del país, participando de los Trabajos Voluntarios de Santo Tomás y desde ese momento, no dejó de colaborar. En el voluntariado que realizó en Toltén vivió a concho cada momento y se despidió con mucha nostalgia de su último viaje como voluntaria.

¿Cuál fue tu motivación para participar la primera vez de los Trabajos Voluntarios?

La primera vez estaba en segundo año de la carrera y la verdad, solo fui por curiosidad y porque además me interesaba el tema de la construcción, por ello decidí ir y conocer una nueva realidad.

¿Por qué seguiste participando de esta iniciativa?

Lo que más me gustó de los trabajos voluntarios, fue  la relación que se forma al trabajar con las familias, porque aunque uno siempre se dedica a construir y arreglar sus casitas, lo que te entregan ellos es mucho más grande y más significativo. Llegas a tu casa con ese recuerdo de saber que compartiste y ayudaste a alguien que realmente lo necesita y que se siente agradecido, demostrándolo con cariño, eso es lo que más me motivó a seguir participando.

¿Cómo has vivido esta experiencia?

Esta última experiencia que viví en Toltén fue maravillosa, esta vez fui como jefa, se armó un excelente grupo, súper motivado y realmente pude vivirlo con todo. Los chicos trabajaron bastante bien y estaban súper comprometidos, así que feliz de lo que logramos, porque no tan solo se construyen lazos con las familias que uno ayuda, sino que también con los compañeros de otras sedes que participan de esta labor.

Más de un motivo para ser voluntario

¿Cuéntanos más sobre esos lazos que se construyen en esta actividad?

Tuve la suerte de ir con un par de amigos de Temuco, con los que ya participe en otras ocasiones, pero compartimos bastante con estudiantes de Concepción y Curicó, personas geniales, buenas de corazón y ahora estoy esperando poder reencontrarnos, si al final eso es lo que cuenta, conectarse con otras personas con las que tienes cosas en común y lo que finalmente uno quiere rescatar es crear lazos con ellos, aprender también de otras personas que a veces tienen diferentes opiniones y perspectivas, todo siempre es un aprendizaje constante.

¿Cuál es el principal aprendizaje que obtuviste con esta vivencia?

Para mí es muy importante el aprendizaje sentimental y emotivo que tienen estos trabajos, el poder compartir con otras realidades, ayudar, comprometerse, sacar sonrisas, todo esto me sirve para mi desarrollo personal, pero también profesional, transmitiendo en mi trabajo todo lo que viví.

¿Crees que el sello Santo Tomás está plasmado en estos Trabajos Voluntarios?

Si, sin duda alguna. Siempre hemos tenido el apoyo de nuestra universidad, el respaldo que necesitamos, cualquier cosa siempre están pendientes de nosotros, y también se nota que la iniciativa y las cosas que se realizan nacen de corazón y en equipo, y son una razón más para hacer el bien común, hacer felices a otras personas, a través de la entrega de nuestro tiempo, compromiso y ayuda al otro.

¿Qué les dirías a los estudiantes de Santo Tomás para motivarlos a que participen de estas instancias?

Siempre les digo a mis compañeros de carrera, sobre todo a los de primer año, que no pueden egresar sin haber participado en los trabajos voluntarios, porque además de salir como un profesional, el tener esta experiencia con las familias y ser parte de un motivo mucho más allá que un simple trabajo, te transforma en un profesional más integral y completo, con más calidad humana y es lejos lo más satisfactorio que hay.

Voluntarios-Toltén