Ya se ha vuelto una tradición el “Mechoneo Solidario” en esta casa de estudios, que en la sede Rancagua este año se llevó a cabo junto al Hogar de Cristo y a la Parroquia del Carmen.

A pesar del frío por las noches, los estudiantes tomasinos se unieron a la ruta calle que realiza el Hogar de Cristo por la ciudad de Rancagua. Así, entregaron un café, una sopa o un sándwich a quienes duermen a la intemperie. Pero más valioso fue dar una palabra de aliento y prestar oído a sus historias.

Así lo cree Maximiliano Moraga, estudiante de primer año de Ingeniería en Informática: “Igual es poco lo que se hace para todo lo que se necesita. La gente me ha contado sus historias, cómo han llegado hasta allí y lo difícil que es salir. Igual me da lata, no es pena, porque es complicado tomar malas decisiones para llegar a ese punto”. El joven también ha participado como voluntario en otras instancias, e invita a las personas a unirse a estas inciativas: “Mientras haya disposición, van a encontrar tiempo para esto”, asegura.

Catalina Vilaza, mechona de Técnico en Educación Especial, participó de la ruta calle del Hogar de Cristo y también colaboró atendiendo en el Comedor de los Reyes, en la Parroquia del Carmen. “Me gusta ayudar a la gente que lo necesita, es una experiencia muy hermosa, muchas personas nos contaban sus historias, por qué llegaban a la calle”, relata la joven que quiere participar también de los trabajos voluntarios que Santo Tomás realiza en vacaciones de invierno y verano.

Pero esta actividad no es exclusiva para mechones. Alumnos antiguos también pueden participar como el caso de Débora Pavez, estudiante de Servicio Social, que por primera vez se unió al Mechoneo Solidario, pero sí había participado en los trabajos voluntarios: “Me gusta porque esto ayuda a conocer la realidad de Rancagua. Al final, esto te genera habilidades que al momento de ser profesional te van a aportar, te enriquece como persona, te enseña valores que no cualquiera está dispuesto a adoptar”. Judith Vargas, su compañera en Servicio Social, agrega: “Creo que deberían ser más tiempo, pero incluso ese algo, vale la pena”.

Las actividades en el Hogar de Cristo y en el Comedor de los Reyes también fueron complementados por campañas de alimentos, ropa de abrigo y útiles de aseo en donde los estudiantes de Santo Tomás Rancagua colaboraron con su aporte.