• El avance de las nuevas tecnologías y el uso de las redes sociales, permite que el anonimato sea el mejor cómplice de los agresores que navegan a través de internet.

En el marco del decreto del Día Contra el Ciberacoso Escolar por el Ministerio de Educación, se hace imperante la necesidad de promover una convivencia sana en las aulas y el uso responsable de las tecnologías entre los niños y adolescentes del país.

Según un informe de Unicef en 2018, la violencia escolar en América Latina, sugiere que entre un 50% y 70% de los estudiantes han estado involucrados en algún tipo de agresión, concluyendo que es un fenómeno serio y de gran magnitud.

De esta misma línea se desprende el ciberbullying, entendida como la intimidación o agresión intencional y continuada por medios electrónicos como celulares y computadores. Situación que tiene preocupados a muchos padres y madres con hijos que son pequeños usuarios de internet.

Sin embargo, existen algunos indicios que pueden ayudar a detectar si esta situación está ocurriéndole a los niños o adolescentes del hogar. Pero, ¿cuáles son estas manifestaciones?, ¿cómo saber si un niño o niña es víctima de acoso cibernético?

La psicóloga y docente de Psicología de la Universidad Santo Tomás, Sandra Sandoval, comentó que para determinar si los niños o adolescentes del hogar están sufriendo acoso, “los padres deben promover una buena comunicación y deben observar a los hijos para determinar si hay cambios de conductas; los podemos notar más enojones, tristes, callados, ansiosos, desganados para ir al colegio, malos para comer o comiendo en exceso, o si están durmiendo bien o no.”

Detalles que a simple vista pueden pasar desapercibidos para los adultos, pero que son importantes de tener en consideración sobre todo si se toma en cuenta que al menos un 75% de los menores agredidos vía web, no denuncia estos actos.

En este sentido, “tener abiertos los canales de comunicación para reforzar la confianza, observar si nuestros hijos están bien o no, y poner ojo en los cambios de conductas o actitudes, estar presentes de una manera no invasiva y ansiosa de parte del padre o la madre, y en caso de llegar a descubrir que está siendo víctima de acoso no retarlo, más bien acogerlo y prestar el apoyo y tomar las medidas necesarias.”, concluyó la psicóloga.