Francisco González, director del área Administración de Santo Tomás Viña del Mar, sostiene que se deben ordenar adecuadamente las finanzas para no sufrir problemas en los meses posteriores.

Marzo es reconocido como el mes de los gastos. Uniformes y listas escolares, matrículas, permisos de circulación y un largo etcétera aparecen como compromisos ineludibles para la mayoría de las familias chilenas. Porque si bien en los últimos años surgieron fórmulas para evitar que este periodo sea traumático, como adelantar compras o dividir en cuotas algunos pagos, el panorama sigue siendo difícil y la sombra del endeudamiento amenaza con oscurecer el resto del año.

Y aunque los especialistas aconsejan no gastar más de lo que se tiene y evitar utilizar las tarjetas de crédito, asumen que sus palabras muchas veces se pierden en el aire. “En términos teóricos se debería poder vivir sin créditos. Mi abuelo no compraba nada si no tenía los billetes en el bolsillo, pero hoy en día pagar en efectivo parece incluso más caro porque vas a la tienda y te ofrecen cierto porcentaje de descuento si compras con la tarjeta de la casa comercial, pero si eliges otro medio de pago, incluyendo el efectivo, no te dan ese descuento”, explica Francisco González, director del área Administración de Santo Tomás Viña del Mar.

“Marzo es un mes complejo históricamente, aunque ahora no hay limitaciones para adquirir los bienes, eso está solucionado gracias al crédito que te permite acceder a las cosas en el minuto. El problema está en que si no cumples y si no ordenas adecuadamente las finanzas familiares, puedes generar complicaciones y caer en insolvencia o sobreendeudamiento en los meses posteriores. Aunque suene exagerado, tener la posibilidad de crédito es casi una solución de parche”, sostiene el académico.

Los gastos de marzo

“Este mes trae consigo los gastos más grandes del año: contribuciones, permiso de circulación, colegio, etcétera. Aunque ahora los plazos se mueven y puedes matricular a tus hijos o comprar los útiles antes, igual mucha gente retrasa esos gastos hasta marzo”, insiste el docente, quien cree que revertir esta situación es casi imposible porque “nadie cae en esto obligado, a nadie le ponen una pistola en el pecho para comprar con tarjeta.

Un primer paso podría ser evitar las promociones que te obligan a ocupar la tarjeta, o quizás debería haber una figura legal para disminuir esta forma de consumo, pero también hay un tema social de acostumbrarse a no gastar más de lo que generas”.

Tal como han señalado otros expertos, Francisco González señala que un problema adicional es el consumismo de la sociedad nacional, que hace más difícil combatir el endeudamiento. “Si uno analiza el comportamiento de los consumidores, ve que hay un ritmo muy acelerado en Chile: ‘lo que quiero, lo consigo, y cuando lo tengo, quiero cambiarlo luego’.

La gente está acostumbrada a renovar sus teléfonos, a cambiar el auto, a arreglar la casa o irse de vacaciones al extranjero. Antes solo las familias muy acomodadas podían hacerlo, ahora lo hacen todos aunque se demoren tres años en pagar. Entonces la gente siempre se endeuda, se puede decir que es una forma de vivir”, manifiesta.

Peligros de pagar a crédito

El profesor de Santo Tomás Viña del Mar añade que la situación se vuelve peligrosa “cuando los ingresos no alcanzan para llegar a fin de mes. Eso indica que estás saliendo de los parámetros lógicos de consumo y que hay que empezar a desacelerar… el problema es que se necesita carácter para decir ‘basta ya’. Uno puede dar muchos consejos que hasta suenan obvios, pero mucha gente toma el camino que no debería tomar simplemente por no querer demostrar que tiene menor poder adquisitivo que otros. Pensemos cuánta gente vive preocupada de lo que hace o tiene el vecino. Si el vecino cambia el auto, la gente se desespera y aparece con uno igual o mejor. El tema es tener los pies bien puestos sobre la tierra”.

Asimismo, cree que las soluciones rápidas no son efectivas a largo plazo. “Pasó cuando borraron a mucha gente de Dicom. A los dos años esa misma gente volvió a caer porque la solución no era borrarla, sino entregarle herramientas para que eso no se volviera a producir”, resume.

Francisco González
Francisco González, director del área Administración de Santo Tomás Viña del Mar.