Nayareth Olavarría Núñez, alumna Sello 2019: “Recibir esta beca es la satisfacción más grande”

La estudiante de segundo año de Técnico en Trabajo Social obtuvo el premio que destaca a los estudiantes por sus logros académicos y por encarnar los valores tomasinos.

Mientras estudiaba en la enseñanza media, Nayareth Olavarría (21) quería ser carabinera.  Desde siempre tuvo el don del servicio, por eso deseaba entrar a la institución de seguridad pública. Sin embargo, luego de hacer los trámites correspondientes para postular, no logró ingresar.

Por ello, al salir de cuarto medio, con un título de Técnico en Educación Parvularia, se puso a trabajar en el área pastoral de un colegio, siempre con la intención de postular nuevamente a carabineros.  El tiempo transcurrió y mientras se desempeñaba laboralmente sufrió situaciones de discriminación por no contar con un título de educación superior.

Esto hizo que se replanteara cómo veía su futuro, al mismo tiempo que se convenció de que no quería que a otra persona le pasara lo mismo que a ella.  Así, se puso la meta de trabajar para hacer cambios en la sociedad, y descubrió que con la carrera Técnico en Trabajo Social, podría contribuir en hacer algunos de esos cambios.

Finalmente ingresó al IP Santo Tomás en Ovalle con el firme propósito de aprender de todas las experiencias que se le presentaran, así rápidamente, se volvió en un rostro recurrente en actividades estudiantiles, de voluntariado y diversos proyectos que la han hecho “encontrar conocimientos” y  nutrir sus habilidades. Un desarrollo personal y académico que fue reconocido con el Premio Sello Santo Tomás 2019.

¿Qué significa para ti recibir el premio Sello Santo Tomás 2019?

Ha sido la emoción más grande que he recibido este año, por el hecho de que me doy cuenta que la institución sí me ve, sí está al tanto de mí, ven aquello que podemos hacer como  alumnos. Recibir este reconocimiento, independiente del beneficio económico que trae para para nosotros y sentirme que no soy una alumna cualquiera, me hace sentir que Santo Tomás  te valora como persona, está pendiente de tu formación y que puedes desarrollar todas tus habilidades, tus conocimientos lo que tú tienes como persona para engrandecerte y hacer que la sociedad cambie.

¿Cómo recibiste la noticia de que eras alumna Sello?

Me llamó la jefa de mi carrera, quien me informó que un día determinado debía acercarme a hablar con el director de Formación e Identidad, entonces lo tomé como una actividad social, quizás como que íbamos a impulsar algún proyecto. Vine ese día y ahí me dieron la noticia de que había sido seleccionada para recibir el Premio Sello Santo Tomás.

 ¿Qué hiciste cuando recibiste la noticia?

Estaba con una amiga que conocí en los trabajos voluntarios de verano. Ella también se sentía muy emocionada porque le parecía genial que esto se dé, sentir que nuestra institución nos reconoce, para ella fue muy emocionante porque ella es de la UST de Santiago.

Luego se lo conté a mi familia,  sentí cómo sus hombros cayeron de saber que tienen un peso menos para este año, porque la situación económica no estaba bien. Vivimos bastante cosas fuertes el año pasado y sentir que este año comenzamos súper bien es una alegría inmensa.

¿Por qué decidiste estudiar la carrera de Técnico en Trabajo social?

Tuve problemas en mi área laboral, me sentí menoscabada por no tener un título profesional. Yo cuento con un título técnico, que me entregó mi colegio en la enseñanza media, pero me discriminaron y por eso desee sacar mi título.

¿Por qué elegiste a Santo Tomás para estudiar?

Yo entré a Santo Tomás porque era la institución más cercana que tenía, porque mi familia no tenía recursos y no apoyaba mi decisión de  estudiar en la educación superior. Pero cuando inicié mis estudios, empecé a darme cuenta que Santo Tomás me daba esta mirada de vivir la vida estudiantil alegre, donde podía participar, donde no todo estaba centrado en la sala de clase, sino que podía hablar con un profesor, tenía cientos de herramientas para poder encontrar conocimientos,  nutrirme en habilidades, podía desenvolverme como persona. Así empecé a conocer la sede completa en sus distintas áreas.

¿Cómo influyeron esas experiencias en tu formación?

El conocer a los administrativos,  saludar a una persona que hace aseo o a un guardia fueron cosas que me fueron engrandeciendo y  haciéndome más cercana a la institución y empecé a sentir lo que hoy soy,  la alumna Sello. Empecé a sentir que podía ser una familia, ser mi apoyo y mi pilar en el proceso que estaba viviendo,  sentir que podía confiar en la institución para desarrollar mis habilidades, eso me hizo sentir la necesidad de aprender cada vez más el año pasado.

¿Por qué no te apoyaba tu familia con la idea de estudiar en la educación superior?

Porque no se sentían capaces, económicamente, de poder sustentarlo. Yo estuve dos años trabajando, durante los cuales fui un aporte dentro de mi casa y si bien ganaba el sueldo mínimo y mi aporte era  muy básico, era un aporte. Cuando decidí contarles los reuní a todos en la mesa y les dije: “deseo estudiar el próximo año y quiero que me apoyen”.

Entonces mi familia se espantó y me dijo: “sí, lo puedes hacer, pero tú te lo tienes que cubrir”.  Yo les dije que el día de mañana me las iba a luchar todas por conseguir una beca, pero que independiente de eso iba a necesitar dinero para la locomoción, para impresiones y para los materiales de estudio.  En un principio mi familia se sintió muy aferrada a la idea de que no podíamos y fue uno de los motivos por los que el año pasado luché por estudiar, ser la mejor y buscar las herramientas para cumplir mis objetivos.

¿Qué significa para tu familia que hayas obtenido el Premio Sello 2019?

Yo no me puedo olvidar de la expresión de mi mamá al contarle de la beca y que ella bajara los hombros diciendo ¡oh qué alivio! Recibir esta beca es la satisfacción más grande. Además de que me demuestra que sí se puede, todo se puede.

¿Cómo te sientes al saber que eres un referente para tus compañeros y los alumnos nuevos?

Creo que debo mostrar ese deseo de querer  conocer  y querer aprender de las personas. A mí me cuesta mucho la lectura, por ese motivo generé el año pasado un proyecto de fomento lector, porque me  costaba mucho leer. Pero, me aferraba mucho al conocimiento de las otras personas y entendí que tenemos herramientas para aprender en todos los ambientes, si yo no sé leer, existe alguien que sabe leer y la forma en cómo lee, te hace conectarte con  un libro y con la imaginación. Si yo no entiendo una materia, puedo hablar con una persona mayor que me lo puede explicar desde de la experiencia, o con alguien más joven que te habla desde otra mirada.

Para mí, participar en todas las actividades de las que quise ser parte, significó conocer distintas miradas. Participé en la escuela de líderes para conocer líderes de otras carreras, que visualizaban otras cosas que yo no veía  en mi sede,  al participar en los voluntariados vi el deseo de 300 alumnos por querer generar un cambio y eso está directamente asociado con mi carrera, el deseo de lograr las cosas que la sociedad de verdad necesita. Por eso,  formar parte de la institución me abrió la mirada a un campo más completo de herramientas.