Por Francisca Lazo Cuevas. Estudiante de Fonoaudiología sede Iquique.

De pequeña, siempre vi la universidad como algo imposible. En cuarto básico creía que me faltaba demasiado por lograr para alcanzarlo, sin embargo, a medida que fui creciendo me di cuenta de lo rápido que pasaron los años y que realmente pude lograrlo. Al salir del colegio estaba decidida en estudiar la carrera de Fonoaudiología en la Universidad Santo Tomás de la ciudad de Iquique.

Y así comienza una nueva vida para mí, llena de desafíos y nuevas experiencias que recordaré hasta mis últimos días. Debo admitir que estaba un poco intranquila porque todos decían que la Universidad era un mundo totalmente nuevo. A pesar de eso, recuerdo mi primer día de clases; el día fue hermoso, tuve la oportunidad de conocer nuevas personas, que hoy en día son grandes amigos míos.

Ahora, en mi cuarto año de universidad, estoy por finalizar mi carrera y cerrar uno de los ciclos más importantes de mi vida. Me parece irreal el hecho de que en unos años estaré ejerciendo mi profesión en la que tanto esfuerzo y pasión he puesto, porque claro, no ha sido un camino fácil.

Ustedes se preguntarán; ¿cómo han sido estos cuatro años en la universidad? Bueno, han sido maravillosos. En presencialidad tenía actividades como charlas, conferencias y talleres, donde asistía para poder aprender y pasar un buen momento. Debo agregar que mi directora y jefe de carrera han sido personas muy importantes para mí en este proceso, los aprecio mucho por todo su apoyo y amabilidad. Sin dejar de lado a mis profesores que siempre están a muy buena disposición para ayudarme, realmente les debo mucho.

En cuanto a logros, nunca imaginé que iba a ser premiada como Alumna Sello Santo Tomás 2021. Al enterarme de esta noticia no lo podría creer, fue una emoción inexplicable. Es un honor ser la representante de los valores de la institución, estoy muy agradecida por este reconocimiento a mi esfuerzo y entusiasmo que he entregado. Para mí significa que debo esforzarme cada día para poder ser una mejor estudiante y, sobre todo, mejor persona. Sin duda, valoro que Santo Tomás resalte el amor a la verdad, respeto e inclusión, pensamiento crítico, excelencia, esfuerzo, fraternidad y solidaridad.

Finalmente, quiero agradecer a mi familia que siempre me ha apoyado e impulsado a lograr mis objetivos, también que tengo la oportunidad de poder estudiar y convertirme en una persona más completa. Familia, los amo mucho, agradezco que estén conmigo en todo momento.

Gracias Santo Tomás, por hacer posibles las metas de los jóvenes. Por hacer posible mi sueño.