Voluntario tomasino de Rancagua

“La humildad de la gente es algo que me enriquece la vida”

Axel Lillo Piña vive su segundo y último voluntariado de invierno en Santo Tomás. El primero fue en Paine y ahora le tocó más al sur, llegando hasta la Región de Ñuble.

Regresa del voluntariado para rendir en agosto su examen de título en la carrera Técnico en Enfermería. Y en estos dos años y medio de estudio, Axel Lillo Piña cuenta con una vasta experiencia en distintas actividades dentro de Santo Tomás, como Escuela de Líderes, Olimpiadas o colaborando para Admisión en talleres de su carrera. Pero también ha sido voluntario en Un Techo para Chile y es bombero.

La canción “Qué lindo es ser voluntario” de Víctor Jara forma parte importante de la banda sonora de su vida: “Me identifica mucho porque refleja la sencillez de la vida, en cosas sencillas que uno tiene y con eso puede dar, quizás no la solución al cien por ciento, pero esa es la riqueza humana”.

Axel participó de los Trabajos de Invierno en Paine en el 2018 y ahora en San Ignacio. Este año le tocó ser jefe de comunidad y estar a cargo de 40 voluntarios, distribuidos en tres cuadrillas: “Es un desafío nuevo para mí en Santo Tomás, trabajando con personas en el sur, es distinto, los métodos de trabajo cambian, pero todo ha salido bien y estoy feliz en mi último año”.

En la localidad de Pueblo Seco, su equipo de trabajo colaboró en la construcción y reconstrucción de mediaguas, así como también en el mejoramiento de la escuela: “Sobre todo en esta zona, la sencillez humana y la humildad de la gente es algo que me enriquece la vida, porque no se complican, mientras uno lo tiene todo en su casa”.

Voluntarios de Santo Tomás que viajaron desde Rancagua, Curicó, Talca y Chillán colaboraron con las familias – en su mayoría con adultos mayores – en viviendas con difícil acceso, donde se pasa el frío y la humedad:

“Esto me tiene bastante emocionado, encontrarme con eso y tener la empatía y el respeto de incluir a los demás. Estamos bien regalones, nos reciben con pancito amasado y huevito de campo. Viajar, conocer otras historias y otras culturas, gente incluso con distinto acento, es algo impagable”, recalca Axel.