Glen Reyes

«Las cosas que estudiamos deberían cruzarse con las necesidades de la sociedad y la motivación propia»

El estudiante de Psicología de la UST Santiago,  fue reconocido como Alumno Sello en 2019. En su último año, repasa los distintos hitos que marcaron su estadía en la carrera: el voluntariado, talleres para migrantes y la Ludoteca. 

El 27F fue un día determinante para Glen Reyes (28). Después del terremoto 8.8 que sacudió al país, el entonces estudiante de Gastronomía Internacional se dio cuenta que tenía y debía ayudar. Viajó como voluntario a San Vicente de Taguatagua y construyó mediaguas para los trabajadores de un fundo que lo habían perdido todo. Uno de los niños, hijo del vecino, los ayudó los dos días que duró el trabajo. Luego, al terminar, se llevó una gran sorpresa. Una pareja de la tercera edad recibió su mediagua entre llantos y abrazos. Nunca en su vida habían tenido un piso que no fuera de tierra. Esa fue la primera vez que Glen hizo ayuda social.

Después del terremoto pensaba ‘¿cómo yo puedo estar bien si sé que hay gente que lo está pasando mal? Para ellos no era la catástrofe en sí, sino que era la posibilidad también de reinventarse, reconstruir y sacar energía para seguir adelante en el proceso. Ahí me di cuenta de que me llamaba mucho más la atención trabajar con personas. La cocina me encanta, pero sentía un vacío que no llenaba este otro lado. Empecé a buscar carreras que me permitieran ese desarrollo”, comenta.

A los 23 años, Glen comenzó a estudiar Psicología en la UST Santiago. Fue ahí donde entendió que podía mezclar sus estudios con la política y la ayuda social. Primero fue vicepresidente de la mesa interina de la Federación Estudiantil y luego, presidente. También, participó en la Escuela de Líderes, en donde potenció distintas habilidades para desenvolverse frente a una audiencia.

“Como Centro de Estudiantes también nos surgió el cuestionamiento de la migración, nuestra responsabilidad con ellos y la necesidad de adecuar el contexto para que todos podamos vivir bien. Buscamos experiencias de otras instituciones y desarrollamos clases de creolé para estudiantes y externos. Nos sirvió para darnos cuenta la manera en que este grupo de la población se enfrenta a nuestra cultura y a un idioma que no dominan”, explica.

En ese periodo, también se trabajó en un protocolo para madres y padres estudiantes que busca cubrir el porcentaje de inasistencia en caso de enfermedades de los hijos, junto con asegurar la corresponsabilidad familiar. Posteriormente, Glen junto a otros dos compañeros de la carrera, presentaron el proyecto Ludoteca a los Fondos Concursables de la Dirección de Asuntos Estudiantiles.

“Surgió como una manera de mejorar la salud mental de los estudiantes. Compramos e instalamos juegos de mesa en la biblioteca para que en su tiempo libre pudiesen desarrollar y entender la vida universitaria como un espacio abierto. El aprendizaje no solo se encuentra en los libros, sino también en las relaciones interpersonales, sociabilizar, tener tiempo de autocuidado, es parte de lo que tenemos que aprender”, agrega.

Ayuda social

Cada vez que Glen hace trabajos voluntarios, recuerda su historia familiar. Su madre vivió en el campamento Juan Francisco Fresno en la década de los 80’, en ese entonces el más grande Latinoamérica con cerca de cinco mil familias. Su padre, vivía al lado de una línea férrea junto con 15 hermanos.

“Sentí arraigo a esa realidad que la siento parte de mí. Mis padres vendían helados en las micros, sándwich en San Diego con Santa Isabel, estacionaron autos, mi papa trabajó en la construcción y nosotros con mi hermano le ayudábamos. Fue un proceso de esfuerzo, de salir de esta brecha que hay en relación a la pobreza a una clase media endeudada”, asegura.

Esa fue una de las principales motivaciones para que Glen continuara trabajando con distintas comunidades. Primero en la fundación TECHO y luego, en los Trabajos Voluntarios Santo Tomás.

Finalmente, en 2019, hizo gestiones para que el Mechoneo Solidario de la UST Santiago fuera en el campamento Santa Teresa de San Bernardo, en donde ha realizado ayuda social por más de cinco años. Hasta la fecha, había logrado coordinar mesas de trabajos, asambleas y talleres para los vecinos de la comunidad. Durante el Mechoneo, que coincidió con una de sus últimas visitas, se pintó una cacha, limpió la escuela para niños y construyeron marotes.

Alumno Sello

En 2019, Glen, quien desde primer año ha tenido la Beca PSU que otorga la Universidad, fue reconocido como Alumno Sello, premio que se le da a los alumnos que poseen valores representativos de Santo Tomás, como la responsabilidad, compromiso, trabajo en equipo y esfuerzo.

“Se valora que una institución busque potenciar estas características en sus estudiantes. Tenemos que cuidarnos entre todos, yo estoy feliz porque la universidad lo valora, pero como sociedad estamos al debe porque es algo que todos deberíamos hacer siempre. Las cosas que estudiamos deberían cruzarse con las necesidades de la sociedad y la motivación propia. Desde ahí deberíamos ejercer una buena función profesional”, comenta.