Karen Catín Barrientos: Estudiante de Nutrición y Dietética destaca en Centro de Práctica por sus conocimientos y sello valórico

“Karen fue una estudiante muy destacada, es una chica que tiene un alto compromiso con la labor profesional que está haciendo, fue muy proactiva. Desde el principio para mí fue trabajar como con una colega más, aportando todos los conocimientos de una profesional. Destacó en las labores comunitarias, también en las intervenciones que realizó, siempre con un nivel de compromiso muy alto y con ideas innovadoras para apoyar en la atención del Cesfam, por eso ha sido tan destacable. Aparte, con una alta calidad humana, es una persona muy respetuosa, fue muy grato compartir con ella; cada crítica constructiva y cada aporte que pude hacerle, ella lo miraba con una capacidad de autocrítica y luego trataba de mejorar. Va a ser una gran profesional”.

Así, Gisela Rubilar Sánchez, nutricionista del Centro de Salud Familiar Alerce, describe el paso de Karen Constanza Catín Barrientos, estudiante de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt, por el centro de práctica. La tomasina destacó como interna y logró conquistar el corazón de los usuarios del recinto y, también, de su supervisora de práctica.

“Karen tiene una actitud muy respetuosa, su disposición al aprendizaje era enorme, siempre dispuesta a aprender y a seguir haciéndolo, absorbía todos los conocimientos nuevos, averiguando y actualizándose más allá. Tiene un enfoque súper centrado en las personas, enfocándose en el paciente de manera integral, viendo sus derivaciones y cómo poder ayudarlos, eso hizo que fuera muy querida por los pacientes, es muy amorosa, su actitud era muy buena y era muy querible para los pacientes”, agrega Gisela Rubilar.

Por último, la nutricionista tutora del Cesfam Alerce, indica que la tomasina también destaca en lo pedagógica que es al educar. “Es difícil poder enseñar, trabajamos con pacientes donde educamos en alimentación y el entregar todo lo que los alumnos aprenden en aula y enseñarlo dentro de un box no es fácil, eso se adquiere con práctica y ella tiene mucha habilidad para entregar esos conocimientos a los pacientes de manera fácil, de manera pedagógica y con un lenguaje que sea entendible para nuestros usuarios”.

Ardua tarea

Karen Constanza Catín Barrientos es una estudiante que conquistó los corazones de los usuarios del Cesfam de Alerce, pero que también quedó encantada con su práctica. La joven comenta que realizó atenciones nutricionales en distintos programas de salud. Además, desarrolló talleres educativos para gestantes, con el fin de promover una alimentación adecuada durante el embarazo y fomentar el consumo de Leche Purita Mamá (LPM), elaborando preparaciones simples, destacando sus beneficios.

También llevó a cabo talleres dirigidos a usuarios con diagnóstico de diabetes. Como complemento a las atenciones, elaboró material educativo y murales informativos para reforzar los mensajes entregados durante las consultas nutricionales. Adicionalmente, realizó un estudio de familia con una usuaria del sector Alerce Norte, mediante el cual se ejecutaron distintas intervenciones nutricionales a través de visitas domiciliarias y se identificaron necesidades específicas, lo que permitió realizar derivaciones oportunas según correspondía.

Por último, también desarrolló actividades de promoción de la salud dirigidas a la comunidad escolar, específicamente en la Escuela Alerce Histórico y el Colegio Los Alerces, donde ejecutó charlas, stands educativos y mediciones antropométricas, con el objetivo de fomentar hábitos de vida saludable desde la infancia.

La entusiasta tomasina indica que “sin duda, este trabajo con la comunidad de Alerce aportó de manera significativa a mi formación profesional. Más allá del aprendizaje técnico y práctico que se adquiere durante los internados, esta experiencia me permitió fortalecer tanto mi preparación académica como aspectos personales fundamentales, especialmente aquellos valores que nos inculcan desde pequeños y que resultan esenciales en el desarrollo personal y profesional”.

“Destaco especialmente las enseñanzas vividas en el Centro Integral Alerce Norte, donde comprendí la importancia de brindar una atención cercana, respetuosa y centrada a los usuarios. Fue un espacio con un fuerte enfoque solidario y humano, algo que me marcó profundamente. Me llamó especialmente la atención el trabajo colaborativo con la comunidad, a través de reuniones en las que participaban usuarios del sector, lo que permitía generar confianza, cercanía y una relación más directa entre el equipo de salud y quienes atendemos”, añade.

“Valoro profundamente el trabajo con los usuarios. Agradezco que tengan la disposición de compartir parte de su vida y su tiempo conmigo. Considero que el rol del nutricionista es esencial dentro del equipo de salud, ya que participa activamente tanto en la prevención como en el tratamiento de enfermedades, aportando con una mirada integral a lo largo de todo el ciclo vital. Durante las actividades e intervenciones que realicé, siempre procuré entregar algo más allá de la educación nutricional: un mensaje positivo, una palabra de apoyo o simplemente generar un espacio cercano y respetuoso. Recibir de vuelta un gesto, un agradecimiento o incluso un abrazo por parte de los usuarios me hizo sentir que mi presencia y dedicación fueron valoradas, y eso es algo que aprecio profundamente”, comenta la joven.

¿Qué se viene?

“En cuanto al área en la que me gustaría desempeñarme tengo muy claras mis áreas de interés. El área clínica fue la que más despertó mi vocación, especialmente durante mi internado en el Hospital Base de Osorno. Me apasionó poder seguir la evolución diaria de los pacientes, comprender la fisiopatología de las enfermedades; me motiva profundamente entender y descubrir por qué o la causa de lo más mínimo, y aplicar activamente mis conocimientos en situaciones complejas. Disfruto del aprendizaje constante que implica esta área y del vínculo directo que se genera con los pacientes hospitalizados”, indica.

“Aun así, también valoro profundamente la Atención Primaria de Salud (APS), donde tuve la oportunidad de conectar con la comunidad desde un enfoque más preventivo, educativo y humano. La experiencia en el Centro Integral Alerce Norte fue muy significativa, no solo por lo aprendido, sino también por el acompañamiento de mi nutricionista tutora, Gisela Rubilar, quien tuvo un rol clave en mi formación, y a quien le estoy muy agradecida”, agrega Karen, quien cierra manifestando que “ambas áreas me apasionan, y me encantaría poder desarrollarme profesionalmente en cualquiera de ellas, siempre con el compromiso de brindar una atención cercana, ética y centrada en los usuarios”.