Las estudiantes del Centro de Formación Técnica Santo Tomás, sede Puente Alto, destacan por su unidad y hermandad, estudiando juntas en la misma institución.

Como gemelas, desde siempre han hecho todo juntas, cuando tenían 5 años ingresaron al Kínder y las separaron en 1° básico. De esta manera, se mantuvieron estudiando en los mismos establecimientos, pero en cursos separados para así potenciar su desarrollo académico en conjunto a su individualidad y autonomía. Hoy en día, Camila y Angélica Villegas son alumnas destacadas de Santo Tomás en el área de la salud: Camila estudia Técnico en Laboratorio Clínico, Banco de Sangre e Imagenología (TLC) y Angélica estudia Técnico en Odontología mención Higienista Dental (TODON).

Ambas decidieron estudiar en Santo Tomás porque tienen una hermana mayor que se tituló de Técnico en Enfermería Gineco-Obstétrica y Neonatal, quien además después estudió el Diplomado en Especialización e Instrumentalización Quirúrgica para poder trabajar en pabellón. “Para nosotras ella es un ejemplo a seguir, entonces quisimos estudiar también aquí porque sabíamos que sería una gran oportunidad”, destaca Camila.

Vienen de una numerosa familia de 7 hijos, con 5 hermanos mayores, siendo ellas las últimas dos que nacieron como gemelas. Cuando pequeñas las vestían iguales, aunque para identificarlas una de ellas usaba aros y la otra no, si una de las dos se enfermaba las dos tenían que tomar los mismos remedios ya que eran indistinguibles.

Ahora, con 26 años, cuentan que es importante para ellas hacer lo suficiente para poder distinguirse, ya que desde pequeñas solían confundirlas mucho una con la otra. Aquí, como ingresaron en distintas carreras y años, cada una ha podido presentarse y desenvolverse como una individua propia, mientras que pueden seguir compartiendo y haciéndose compañía cuando asisten a sus clases en sede.

Distintos caminos en un mismo lugar

Camila comenta que al principio no estaba tan segura de estudiar algo relacionado a la salud, pero después de conocer más el área, dice que le han gustado mucho los laboratorios y está contenta con su carrera. Por otro lado, Angélica cuenta que desde pequeña siempre quiso estudiar en el área de salud y que, si bien nunca se imaginó que terminaría siendo TODON, se ha ido enamorando de la profesión además de estar muy agradecida por todo el apoyo recibido.

Como la mayoría de los gemelos, Camila y Angélica también tienen su propio idioma, un lenguaje particular que les une, que ni sus padres o hermanos entienden. “A veces podemos estar muy peleadas, pero si alguien dice algo sobre mi hermana yo la voy a defender, aunque esté enojada con ella. Tenemos formas de ser únicas, pero compartimos una conexión que sólo ambas conocemos, por eso tal vez los demás nos sienten como personas super iguales, pero a la vez somos muy diferentes”, describe Angélica destacando que existe una fidelidad mutua llena de lealtad.

Así, el apoyo que se entregan en su vida día a día, también han sido capaces de reflejarlo en sus estudios y su formación técnico-profesional. “Dentro de todo igual nos hemos complementado muy bien, porque todas las materias que ya pasé, la he podido ayudar a estudiar o a resolver sus dudas, ya que ella está recién en su primer año y yo en mi último. Ha sido muy bonito recorrer este camino junto a mi hermana, donde siempre estamos juntas, pero no revueltas”, concluye Camila.